Foto | Tomada de https://www.sipiapa.org/ | LA PATRIA Guillermo Cano Isaza.
El Estado colombiano pedirá perdón por el asesinato del periodista Guillermo Cano Isaza, director del diario El Espectador, perpetrado hace 37 años en Bogotá por sicarios del cartel de Medellín bajo el mando de Pablo Escobar, y reconocerá que falló en su protección.
El acto tendrá lugar el próximo 9 de febrero, día del periodista en Colombia, y en él "también reconocerá el fracaso en la investigación, juzgamiento y sanciones a los responsables, así como por no haber brindado la debida protección judicial a las víctimas, a sus familiares y a la sociedad", informó este martes El Espectador.
Cano Isaza, que había denunciado en las páginas del diario las actividades del narcotráfico, fue asesinado la noche del 17 de diciembre de 1986 cuando salía del periódico en su vehículo particular.
"En el momento en que fue asesinado, Guillermo Cano era uno de los colombianos más amenazados del país, pero escasamente protegido por el mismo Estado al que Escobar le declaró una guerra sin descanso", recordó hoy el diario, dirigido por Fidel Cano Correa, uno de sus sobrinos.
Según la publicación, el acto de perdón tendrá lugar en el Centro de Memoria Paz y Reconciliación de Bogotá, en presencia de familiares, diplomáticos, periodistas y miembros del Gobierno.
El acto busca admitir el incumplimiento del Estado a la hora de garantizar el derecho a la vida de Cano Isaza.
El Estado "admitirá también el fracaso en la investigación, juzgamiento y sanción a los responsables del asesinato y de no haber brindado debida protección judicial a las demás víctimas de la sistemática persecución contra el diario desplegada por la organización criminal de Pablo Escobar", agregó la información.
El Espectador recuerda que "ese abandono y desprotección estatal se tradujo en el exilio de Juan Guillermo y Fernando Cano, hijos de Cano Isaza, y del jefe de investigación Fabio Castillo".
La falta de protección también condujo a los asesinatos de Héctor Giraldo Gálvez, abogado de la familia Cano, y de Marta Luz López, Miguel Soler y Hernando Tavera, funcionarios administrativos del diario en Medellín, entre otros crímenes.
En su persecución contra El Espectador el narcotráfico también destruyó parte de la sede del diario en Bogotá con la detonación de un camión bomba cargado de explosivos el 2 de septiembre de 1989.
En memoria del director de El Espectador, en 1997 se creó el Premio Mundial a la Libertad de Prensa UNESCO/Guillermo Cano, que anualmente distingue a una persona, organización o institución que haya contribuido a la defensa o promoción de la libertad de prensa en cualquier lugar del mundo.