Fotos | EFE | LA PATRIA Un niño monta en un caballo en una calle de Murillo (Tolima).
Ernesto Guzmán Ruiz
EFE | LA PATRIA | Murillo (Tolima)
En Murillo, el pueblo colombiano más cercano al Nevado del Ruiz, sus habitantes viven el día a día con normalidad a pesar del riesgo de una erupción del volcán e incluso este viernes asistieron al viacrucis del Viernes Santo por la calles de esta localidad.
Las autoridades locales aseguran que están preparadas para atender una eventual emergencia en caso de una erupción del volcán que continúa en alerta naranja, pero en el pueblo no hay ningún movimiento de evacuación y solo han sido retirados de sus viviendas unos pocos campesinos de las zonas rurales más cercanas al Nevado del Ruiz.
"Estamos muy pendientes de la evolución que tiene en este momento la actividad del nevado, de los informes tanto del Servicio Geológico Colombiano, como de la Unidad Nacional de Gestión de Riesgo, y las demás autoridades nacionales locales y departamentales, pero en general la comunidad está muy tranquila", dice a EFE la jefe de prensa de la Alcaldía de Murillo, Constanza Gómez.
Este Viernes Santo en esta población del departamento del Tolima el día fue normal, tanto así que la gente asistió a las celebraciones de la Semana Santa y unas 200 personas acompañaron al párroco del municipio en un viacrucis.
Todo listo en caso de emergencia
Gómez recordó que los lugareños ya saben cómo se debe actuar ante una posible emergencia porque vivieron lo ocurrido en la catástrofe de 1985 y saben qué se debe hacer e incluso tienen planes de contingencia "muy bien estructurados" con sus familiares en caso de una erupción.
Con una altitud de 5.364 metros, el Nevado del Ruiz causó el 13 de noviembre de 1985 la peor tragedia natural en la historia de Colombia cuando una erupción y deshielo de sus glaciares provocaron una avalancha que arrasó la población de Armero (Tolima), donde murieron más de 23.000 de sus 25.000 habitantes.
En este caso, la Alcaldía de Murillo, dice Gómez, ya se tiene preparado un plan sobre todo "para las comunidades de la zona alta" en donde hay cuatro puntos de evacuación.
"Los puntos están acondicionados para recibir a las familias. Estamos gestionando a través del Gobierno Nacional y departamental apoyos para estas familias y asegurar la alimentación", añade.
Igualmente hacen jornadas de sensibilización con la gente de la zona para que "todo el mundo recuerde lo que debe y no debe hacer en caso de la erupción". A ellos se suman esfuerzos los bomberos y la Defensa Civil.
La altura, una ventaja
Según el Servicio Geológico Colombiano (SGC) en caso de una erupción, Murillo podría verse afectada por la caída de piroclastos que "seguramente nos va a afectar", dice Gómez, quien destaca que "por la altura" en la que está ubicado el municipio, a unos 3.000 metros sobre el nivel del mar, está puede ser muy pequeña.
Los pobladores que están cerca a los ríos Vallecitos y Recio pueden verse afectados porque, según Gómez, se va a presentar "una subida en cuanto a los caudales de los ríos. Ellos son la prioridad de evacuación".
También esperan que el aire se contamine en una posible erupción pero "adicionalmente a eso no esperamos una mayor incidencia".
Al referirse a las evacuaciones preventivas ordenadas por el Gobierno nacional, Gómez dijo que la "opinión está muy dividida".
"Muchas personas entienden que fácilmente pueden llegar a recuperar sus cultivos y sus animales en caso de presentarse una emergencia, pero también está que el campesino murillense es muy arraigado a su tierra y a sus costumbres, entonces en ese contexto, sacarlos y decirles vengan después miramos la el tema económico no ha sido tan fácil", explica.
En esa dirección la Alcaldía trabaja con aquellas personas que optan por quedarse en sus lugares pese al riesgo de una erupción. "Entonces estamos en ese proceso de poder llegar aún más a ellos sin tener que recurrir a la fuerza pública, como se ha visto en otros municipios".
Afectación al turismo
Uno de los sectores que más se ha visto afectado en Murillo es el del turismo porque la gente que usualmente visita el pueblo en Semana Santa en esta oportunidad no llegó como en otros años.
Una de las que siente el rigor de esas ausencias es la comerciante Luz Neira Vargas, quien dice a EFE que perdieron "todo lo de Semana Santa" pues los visitantes que copaban el parque principal desde donde se puede ver el volcán en días despejados y ahora se alcanzan a observar las fumarolas, no han llegado.
Ella, que vive hace siete años en Murillo, confía en lo que dicen los lugareños que recomiendan no salir de las casas en caso de una erupción.
"Nosotros estamos tranquilos. Llevamos las cosas con calma", dice la mujer que tiene claro que en caso de una erupción del gigante dormido debe ir a las partes altas que es una de las "zonas seguras".