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Álvaro Uribe saluda a Gustavo Petro. Ambos sentaron sus posiciones sobre la reforma a la salud.
EFE | LA PATRIA | BOGOTÁ
El presidente, Gustavo Petro, y el exmandatario Álvaro Uribe se reunieron ayer en la Casa de Nariño para discutir sobre la reforma a la salud que tramita el Gobierno y a la que hace oposición el Centro Democrático, partido del exgobernante cuyos representantes también participaron del encuentro.
"Insistimos en que la reforma no es necesaria y para las cosas que quiere implementar el Gobierno no se necesita poner en riesgo todo el sistema (...) Ellos siguen en su trámite", afirmó el senador Carlos Meisel, vocero del Centro Democrático, tras el encuentro.
Petro invitó al expresidente Uribe, que gobernó Colombia entre 2002 y 2010, para dialogar sobre la reforma que presentó el ejecutivo el año pasado y con la que pretende modificar el sistema de salud público, enfocándolo más en prevención y atención primaria y llevándolo a territorios alejados donde no hay clínicas ni apenas atención.
Esta iniciativa conlleva una pérdida de poder y de gestión a las Entidades Prestadoras de Salud (EPS) privadas que actualmente gestionan los recursos de los contribuyentes para ofrecer los servicios.
En el encuentro, el mandatario estuvo acompañado por miembros de su gabinete y congresistas de la bancada de Gobierno, mientras que con Uribe llegaron senadores del Centro Democrático como Paloma Valencia y Alirio Barrera.
"Algunos sectores del país, que nosotros respetamos, mantienen unas diferencias y queremos sentarnos a revisar cuáles son esas diferencias porque sentimos que muchas de ellas ya han sido recogidas en lo que se ha venido debatiendo", dijo el ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, antes del encuentro.
La senadora Valencia aseguró que no fueron a la Casa de Nariño a hacer acuerdos con el mandatario sino a manifestarle que están "en contra de toda la reforma que han presentado".
"Vinimos a explicarle cuáles son las razones por las cuales el Centro Democrático insiste y considera que la reforma presentada es inconveniente para los colombianos. Destruir el sistema de salud significará que muchos de los colombianos se queden sin servicio y que haya que pagar mucho más de lo que pagamos hoy para volver a tener los mismos servicios de salud que tenemos hoy", agregó.