Ese mi propósito y lo que buscamos con cada acción desde RenHacer. Este reto corriendo 220km junto a dos guerreros que invité a que enfrentaran por primera vez la ultra-distancia fue la oportunidad perfecta para ponerlo a prueba.
Por primera vez no iba solo y teníamos tres límites diferentes a vencer. No sé si tuve algo que ver en que lo lograran, pero intenté siempre estar ahí para ellos, así como ellos estuvieron para mí.
Lucho “Fuerza” fue el primero en ponerse a prueba. Pasó de 21k a correr por primera vez 60k seguidos y al terminar las 72h había corrido 142k ¡Pura mente y pura fuerza!
Luego Cata rompió su barrera de 75k que había alcanzado unos días antes del reto. Terminó corriendo 214k soportando un dolor brutal en su tobillo ¡La más valiente, puro coraje!
Finalmente, fue mi turno. Nunca había corrido más de 84k seguidos. Lo había hecho en el triatlón Ultraman que cierra con 84k. Terminé con 220k encima, no por querer hacer más que ellos, sino que por pelota me perdí en la ruta de la maratón.
Ahí estábamos, cada uno en su propia batalla, a su ritmo y enfrentando sus propios demonios. Uno a uno logramos romper nuestro propio límite en la primera noche y no creo que haya sido casualidad. La noche representa el momento donde todas las dificultades se juntan: cansancio, sueño, frío y miedo…
No se rompen los límites en un camino de flores con un arcoíris al final, es cuando entras en la oscuridad y enfrentas lo desconocido que lo haces, o por lo menos lo intentas.
Finalmente, lo más importante es entender el “LÍMITE” como algo personal y único. Tu límite es diferente al mío y no son comparables porque tenemos un pasado y un punto de partida diferentes, sin embargo, ambos son válidos. Qué si es muy pequeño o grande, arriesgado o ridículo; no importa que piense el resto, es el tuyo y eso tiene que ser suficiente para que te rompas el alma por ello.
Terminar este reto no me hizo mejor que nadie ni pararme en un podio, pero evolucioné frente a lo que era antes de iniciar, así que a la mierda ser siempre el primero, ir siempre por la de oro, ser siempre el mejor y todo ese marketing que nos intoxica y genera un sentimiento de culpa cuando comparamos nuestras metas con las de los rockstar de la tv.
Si no corres y quieres hacer 1k ¡Bienvenido! Esa es tu batalla y ve por ella. ¿Quién dice que no estás haciendo el mismo esfuerzo que el que corre 5k y quiere llegar a 10? los demás no sabemos el esfuerzo que hay detrás de cada kilómetro. Foco total en tu límite; juzgar el del otro es una estupidez, porque nunca sabremos realmente lo que está enfrentando.