La Cuaresma implica reflexión
Señor director:

La Cuaresma como la Navidad son tiempos hermosos y preclaros para reflexionar sobre la trayectoria que le estamos dando a la existencia
que llevamos.
Es de dignidad y de mucha categoría mental, que los seres humanos en todo momento etáreo, nos miremos delante del espejo y así observarnos el estado de pérdidas y ganancias espirituales.
Es claro y la ley natural lo enseña, que todos nosotros como poseedores de inteligencia y voluntad tenemos que procurar por ser mejores personas, día tras día.
Debemos caminar elegantemente y con suficiencia por los senderos del superávit, nunca por los aburridores y jartos del déficit. Con fe y con mucho valor nos tenemos que convencer de que somos los reyes de la creación, pero ese señorío jamás nos puede dar el derecho malsano, cruel y perverso de maltratar al semejante en ninguna forma, pues todas están vedadas por la dignidad humana.
!Obvio¡, que nos debemos preocupar , también inmensamente, por no hacerle daño a la naturaleza. En síntesis, esta hermosa vida hay que administrarla con maestría. No podemos, nunca, causarle daño y tristeza a las sociedades.
Todo lo expresado es mi sentimiento de Vida. Procuro por cumplirle a las buenas costumbres, que son todas aquellas inscritas en los Mandatos del Sinaí, que a muchos, vaya desgracia, les estorba en su discurrir vital.
Lo que contiene el magnífico universo de la Natividad del Señor, así como todo lo que encierra la Cuaresma, es binomio espectacular para concienciarlo todos los días, puesto que son intemporales. Es supremo venero a explorar. Alimenta la Fe en La Santísima Trinidad: enriquece la Dignidad Humana.
Rogelio Vallejo Obando
 

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