Se acaba por fin un año difícil, duro para nuestra ciudad desgobernada y también para los bolsillos escurridos por una inflación disparada y un dólar tan caro que pocos podrán salir de vacaciones al exterior. Pero es Navidad y es tiempo de hablar de cosas amables. Mi aguinaldo para los lectores es la lista de algunos libros colombianos que leí en 2022. Quizás puedan leerlos en vacaciones o regalarlos en estas fiestas:
- Biblioteca de Escritoras Colombianas: El Ministerio de Cultura rescató 18 libros de autoras magníficas que estaban descatalogadas. 7 títulos se descargan gratis en la web de la Biblioteca Nacional y los otros 11 se consiguen en librerías. Entre otras están Maruja Vieira, Emilia Pardo Umaña, Silvia Galvis, María Mercedes Carranza, Emilia Ayarza, Helena Araújo y Elisa Mújica.
- Informe de la Comisión de la Verdad: los 24 libros del Informe se descargan gratis en la web de la Comisión. Son ensayos escritos por equipos interdisciplinarios, en los que con lenguaje sencillo se presentan las dinámicas del conflicto armado en Colombia desde 1944 hasta hoy, a partir de múltiples voces estremecedoras. Como son de libre reproducción, Tragaluz publicó “La fuerza de esta voz”, un hermoso libro ilustrado con algunos testimonios, y Penguin Random House sacó “Develaciones”, con fotos y textos sobre el montaje teatral realizado a partir del trabajo de la Comisión.
- Cada oscura tumba, de Octavio Escobar Giraldo: Con mucho humor, personajes entrañables y el vértigo de la novela negra, esta obra presenta la huella que un falso positivo puede dejar en una familia. Acá otra vez Octavio Escobar exhibe su maestría como retratista de la clase media colombiana.
- La mirada de Humilda, de Alonso Sánchez Baute: Según el Dane, más del 60% de los hogares colombianos tiene mascota. Este libro, a medio camino entre el testimonio, el relato y el ensayo, presenta la relación humano-animal como una forma de enamoramiento que estremece la vida cotidiana.
- La conmoción de los encuentros, de Marcela Villegas: Aunque se reseña como un libro de cuentos, esta obra corta puede leerse como una novela de 10 capítulos. El lector va conociendo episodios íntimos de una familia colombiana en Estados Unidos, hasta que la noticia del cáncer cae como una bomba en medio de una historia que hablaba de otra cosa.
- Soñar lo imposible: desafiando las miradas desiguales, de Paula Moreno: la exministra de Cultura, Paula Moreno, presenta las vidas de tres líderes de verdad: María Roa, primera presidenta del sindicato de trabajadoras domésticas afrocolombianas; Rafael Palacios, director de Sankofa Danzafro, y Jhon Reina Ramírez, sacerdote de Buenaventura.
- Cogito, ergo ¡Pum! Un homenaje a Orlando Sierra Hernández, de Fernando Alonso Ramírez: al cumplirse 20 años del asesinato del subdirector de La Patria, el editor de noticias de este diario publicó un completo reportaje sobre este crimen y su contexto: quién fue Orlando Sierra, cómo es el consejo de redacción de La Patria, cuál es el prontuario criminal de su asesino, el liberal Ferney Tapasco, y por qué este caso es emblemático para la libertad de prensa son algunos de los tópicos que aborda.
- Salvo mi corazón todo está bien, de Héctor Abad Faciolince: Esta novela no es la mejor de Abad, pero permite volver a leer al narrador de ficción. Acá el protagonista es un cura bueno, amante del cine y la ópera, que vivió en Medellín. De paso el autor habla de sí mismo, de la enfermedad cardiaca y del arte como espacio de salvación.
- Cartas abiertas, de Juan Esteban Constaín: Marcelino Quijano y Quadra es el excéntrico payanés que protagoniza esta novela rara, con un pie en la ficción, otro en la historia y el cuerpo asentado en el humor. El autor presenta una sucesión de aventuras de un personaje que abre cartas ajenas para intervenir y mejorar esas vidas.
- Galería de muertes modernas, de Mario Armando Valencia: El dolor y el humor, la solemnidad y el sarcasmo concurren en este poemario que nombra calles, barrios y playas, con palabras que se complementan con fotografías tomadas por el autor. Este libro de poesía fue una de las sorpresas más bonitas que como lectora tuve en 2022. Ojalá ustedes también se dejen conmover.