La controversia que se ha desatado en diferentes medios del Quindío, en torno al proyecto de la doble calzada en los tramos del Eje Cafetero y norte del Valle por la supuesta oposición de Caldas y Risaralda a la inclusión de la vía entre La Paila y Calarcá, tiene a mi modo de ver sus razones como otras que pueden corresponder a una falta de claridad y diálogo entre la dirigencia de los tres departamentos que conforman el Eje Cafetero.
Personalmente lamento todo ello ya que me une, por diferentes razones, un enorme cariño con los tres departamentos con los cuales he tenido estrecha relación, como son Caldas con su capital Manizales, mi ciudad donde nací, me formé y tuve mis primeras experiencias periodísticas y profesionales; Risaralda con su capital Pereira con la cual tuve vínculos laborales, y Quindío con su capital Armenia con afectos especiales y laborales desde hace 33 años. Además, mi padre fue inspector de educación en esta ciudad y en los municipios de Calarcá y Montenegro. Por esto, me duele que se susciten controversias de esta índole y que de nuevo puedan generar alejamientos por malos entendidos que fácilmente pueden ser aclarados en aras de continuar la mejor relación y entendimiento en la búsqueda de los mejores objetivos de beneficio común para todos.
Y es que en primer lugar, nadie duda que la construcción de esa doble calzada entre La Paila y Calarcá corresponde a un tramo de indiscutible importancia para toda la región por las implicaciones que representa para el transporte de carga y de pasajeros entre el sur occidente y centro del país, y por tanto nadie tendría por qué oponerse a su construcción. Si se analiza bien el proceso de socialización que la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) y la dirigencia de cada región han aplicado a la propuesta presentada por Odinsa, concesionaria actual por 30 años bajo la razón social de Autopistas del Café y ahora bajo el nombre de Conexión Centro, a lo cual se opusieron los gremios de Caldas por los incumplimientos en los que ha incurrido Odinsa con Autopistas del Café durante los 27 años que lleva de su actual Concesión, se observa que tal socialización se ha desarrollado sin una adecuada coordinación entre los tres departamentos y que cada cual por aparte ha presentado sus propias observaciones, ya que no se ha realizado ninguna reunión con presencia representativa de los tres departamentos.
Y si se analizan bien los comunicados, hay planteamientos que perfectamente podrían ser objeto de aclaraciones para evitar controversias como la presente. Será muy importante entonces que se dejen a un lado este tipo de malos entendidos en aras de mantener la armonía y el buen entendimiento, zanjando y evitando despertar viejas heridas como lo han pretendido ciertos comentarios que a nada bueno conducen y por el contrario impiden que en el inmediato futuro la dirigencia pública y privada del Eje Cafetero avance en sus planes y proyectos de excelente alcance para toda esta región.