La palabra cáncer no es sinónimo de muerte, como solíamos asociar en un pasado reciente. No obstante, el cáncer es una patología que cambia radicalmente la vida y afecta no solo a quien recibe el diagnóstico, sino a todo su entorno familiar, laboral y social.
Al ser una de las causas principales de muerte en el mundo, pues, se estima que, en 2040 el número de casos nuevos de cáncer por año aumentará a 29,5 millones y el número de muertes será de 16,4 millones, prima la necesidad de dar valor a todos los pacientes con esta enfermedad, independientemente de la etapa en la que se encuentren; cada vida merece lo mejor en términos de una atención integral, precisa, oportuna y equitativa.
Durante las últimas décadas, los indicadores de supervivencia del cáncer han mejorado, hasta en un 20%, en tasas relativas a cinco años después del diagnóstico, en países de primer mundo. Sin embargo, todavía existen aspectos por solventar en regiones como la nuestra, para mejorar estos y otros indicadores, en beneficio de la salud de pacientes con esta enfermedad, incluyendo metástasis.
En el marco del Día Mundial contra el Cáncer Infantil, vale la pena analizar el valor que otorga la medicina de precisión, pues, puede ayudar a determinar el perfil genético de un paciente para guiar las decisiones clínicas relacionadas con el diagnóstico y el manejo de una enfermedad o conjunto de enfermedades.
El informe anual de la Sociedad Americana Contra el Cáncer (ACS por sus siglas en inglés) muestra que, la mortalidad por esta enfermedad sigue disminuyendo. Sin embargo, el progreso se ve amenazado por el aumento de la incidencia, ya que se prevé que los nuevos casos de cáncer superarán los dos millones para 2024. En la Región de las Américas, el cáncer de próstata, pulmón y colorrectal, son los de mayor diagnóstico en hombres: y para las mujeres, el cáncer de mama sigue siendo el más prevalente, seguido de pulmón y colorrectal.
No obstante, la Organización Mundial de la Salud (OMS), advierte que es posible prevenir, al menos, un 40% de los casos de cáncer que ocurren, anualmente, en las Américas. Asimismo, el ente menciona que, con recursos suficientes, también, es posible la detección temprana y terapias eficaces en un 30% de los casos.8 Esto muestra una señal más de esperanza ante la enfermedad.
En Colombia, como en el resto del mundo, desde Pfizer continuamos comprometidos en dar prioridad al cáncer, a crear estrategias innovadoras que contemplen un abordaje personalizado, integral, oportuno, continuo y equitativo en todas las etapas de la enfermedad. Buscar alternativas que cierren las brechas en atención amerita enfocar todos los recursos técnicos, humanos, científicos y económicos para incrementar el acceso con oportunidad.
Sí hay esperanza, solo es necesario alzar la voz para cambiar paradigmas.