Cuando visito ciudades me encanta fotografiar los monumentos dedicados a sus hombres ilustres. En Budapest son muchos los inmortalizados en el mármol. Hay políticos, artistas, escritores, músicos, héroes de las guerras…Tanto Budapest como Hungría fueron víctimas en el siglo pasado de dos crueles invasiones que dejaron muchos mártires. Una la de los nazis y otra la de los soviéticos. Ambas fueron crueles y sanguinarias. Los nazis perpetraron en Budapest uno de los mayores asesinatos en masa llevados a cabo durante la Segunda Guerra Mundial, la matanza de los judíos. La ciudad conserva impresionantes monumentos que recuerdan esta barbarie. Los visité reverente. Hungría es un país mayoritariamente católico. Uno de sus héroes torturado por nazis y luego por los comunistas que se negaron a oír las protestas de todo el mundo fue el cardenal Jozsef Mindszenty. Las noticias de las torturas a las que los comunistas sometieron al cardenal llenaron páginas y páginas de los periódicos del todo el mundo.
La Basílica de San Esteban es otro de los grandes monumentos de Budapest. Sus torres alcanzan 96 metros de altura y junto con el Parlamento son los edificios de mayor altura de la ciudad. Una de sus campanas es la más pesada y más grande de Hungría, pesa 9 toneladas. Subidos los 364 escalones de la catedral basílica se logra una espectacular vista de toda la ciudad. La reliquia principal de la Basílica es la mano momificada de San Esteban, primer rey y santo de Hungría. En el interior de la catedral caben casi 9.000 personas. Su estilo es neoclásico, a diferencia de la catedral del mismo santo en Viena, San Esteban, que está construida en impresionante estilo gótico.
Budapest es famosa, entre otras cosas, por sus numerosos baños termales, los más cotizados de toda Europa. No solamente se trata de los baños en sí, sino de sus magníficas y hermosas construcciones. Los baños más grandes de Europa son precisamente los Szechenyi, de Budapest, construidos en estilo barroco y que tienen 20 piscinas de aguas termales y curativas. En total la ciudad cuenta con 118 manantiales, tanto naturales como artificiales. La temperatura de sus aguas fluctúa entre los 20 y los 80 grados centígrados. Por ello Budapest es llamada La Ciudad de los Balnearios. El Monumento a los Héroes y el Memorial del Milenio son otros de los monumentos emblemáticos de la ciudad. Se encuentran al fondo de la avenida Andrassy, cuyo recorrido exhibe a lado y lado decenas de palacios y bellas construcciones. El Monumento a los héroes en un semiciclo contiene las estatuas de los líderes de las siete tribus magiares que fundaron el país en el siglo noveno además de otros reyes, santos y políticos importantes. En el centro del semiciclo sobre una altísima columna se yergue la estatua del Arcángel Gabriel.
Hasta ahora nos hemos mantenido en Pest. Subamos a Buda donde se encuentra el castillo de los reyes, gigantesca construcción, uno de los símbolos de la ciudad. Actualmente allí funcionan la Biblioteca, la Galería Nacional y el Museo de Budapest. En la misma colina se encuentra la iglesia de Matías, espléndido templo católico.
Podría llenar páginas y páginas hablando de Budapest, por ejemplo de los grandes músicos que allí vivieron como Franz Liszt, o de su famoso Barrio Judío o de sus muchos palacios y jardines, de sus iglesias como la barroca de Santa Ana, en la que se celebran conciertos y en una de cuyas bancas, estando la iglesia vacía, me senté a escuchar al organista que ensayaba una de las fugas de Bach. Fue para mí un momento de éxtasis memorable. Budapest merece no una sino varias visitas amorosas y prolongadas.