Nos duele profundamente la tragedia de Marruecos. Ellos y nosotros somos hermanos de camino sobre la faz bella y muchas veces atormentada del planeta. Los colombianos tenemos una deuda especial con este país porque gracias a las acertadas y diligentes gestiones de Loudaya Farida, la activa embajadora marroquí en nuestro país, Marruecos es el único país africano que no nos exige visa para visitar su hermoso territorio. Y no es una visa cualquiera. Marruecos es hoy meca del turismo mundial por su historia, por su magia, por la belleza de sus palacios, kasbas y medinas y por el esplendor de las dunas del desierto de Sahara. Marruecos es conocido por su riqueza en fosfatos y además es referente mundial en energías alternativas. Marruecos posee gigantescos campos de placas solares.
Obviamente no puedo disimular mi admiración y mi afecto por este país, que he visitado varias veces y lo seguiré haciendo mientras la vida me lo permita. Marruecos es un escaño para el paraíso.
Estamparé aquí unas breves pinceladas sobre el país de mis sueños. 1.Marrakech, “patrimonio de la humanidad” y la joya del país. Hablaré de dos de sus tesoros. La gigantesca plaza Jma el-Fna, también patrimonio y única en su género en el mundo. A ella vienen los nómadas del desierto a sus conciliábulos y a vender sus artesanías. En uno de mis viajes vi a un beduino que vendía cajas de dientes. Hay encantadores de serpientes, contadores de cuentos, aguadores, hacedores de tatuajes… Mamounia, hotel único en el mundo por su fasto, sus riquezas, su magia de las mil y una noches. A sus jardines se retiraba Winston Churchill a pintar e invitaba al presiden Roosevelt a que allí se alojara.
Marrakech recibe 10 millones de turistas al año, más que todo Colombia.
2.Casablanca, ciudad célebre por la famosa película y porque allí se reunieron en 1.943 los grandes del mundo para decidir el futuro de la Segunda Guerra Mundial. Y la bellísima mezquita de Hassan II, cuyo minarete alcanza 200 metros de altura y tiene capacidad para 20.000 personas dentro y 80.000 en la explanada exterior. 3 Fez. Mágica ciudad cuya medina (ciudad vieja) tiene 800 mezquitas y 10.000 calles que miden 900 kilómetros. Las murallas de la ciudad vieja miden 70 kilómetros.
4.Essaouira.Alegre ciudad situada a orilla del mar, con un puerto encantador. Allí se puede gozar en verano del festival musical de los pueblos subsaharianos. Los músicos son negros de bellísima estampa, ataviados como si fueran emperadores con lujosas capas de colores. De camino hacia Essouira se pueden ver cabras equilibristas subidas ( con sus cuatro patas, con qué más) en los árboles de argan, para comer las amarillas pepas de las que se extrae un aceite que tiene usos medicinales, gastronómicos y cosméticos. Este argan es un regalo de Marruecos para el mundo.
5.El Sahara del sur, territorio que pertenece a Marruecos desde tiempo inmemorial y que alojaba a los pilotos de la Aeropostal que partiendo de Toulouse (Francia) y pasando por Barcelona, llegaban al sur de Marruecos, a Cap Juby, (hoy Tarfaya), para iniciar desde allí la travesía del Atlántico hasta Argentina en aviones monomotores que más parecían juguetes volantes. Esos héroes de la aviación fueron Saint-Exupéry, Jean Mermoz, Henri Guillaumet y Didier Daurat.
6. Y la ruta de las kasbas que lleva al desierto y a las espléndidas y ensoñadoras dunas de Erg Chebigg. La vía pasa por pequeños pueblos habitados por los beduinos, los amos del desierto y por oasis en los que crecen las palmeras datileras. Oh Marruecos, país de la luz y donde los más bellos sueños de los amantes de la belleza pura se convierten en realidad.