Hay dos momentos inolvidables en las dunas de Erg Chebbi, del desierto del Sahara: levantarse para ver el amanecer y esperar para ver el atardecer. Respecto a los ocasos dice El Principito: “Quand on est triste on aime à voir les couchers du soleil”. Cuando uno está triste le gusta ver las puestas de sol. Y en este mundo siempre hay motivos para tristeza: guerras terribles como la de Rusia contra Ucrania, el hambre de millones de ciudadanos, la destrucción de los bosques, etc.
Siempre en mis momentos de exultación en la naturaleza me acompañan los poetas, porque ellos expresan mejor lo que yo siento. Así dice Barba Jacob, en “Canción ligera”:
“Si acongoja un dolor a los humildes,
o si miran un monte, un valle, un mar,
dicen tal vez dichosos los poetas
porque todo lo pueden expresar”.
Así que para expresar los sentimientos de una noche en jaima en el Sahara acudo al poema “NOCHE DE DICIEMBRE” de Rafael Pombo:
“Noche como esta y contemplada a solas,
no la puede sufrir mi corazón.
Da un dolor de hermosura irresistible,
un miedo profundísimo de Dios.
Ven a partir conmigo, lo que siento,
esto que abrumador desborda en mí.
Ven a hacerme finito lo infinito
Y a encarnar el angélico festín”.
Y más adelante:
“Hay un silencio en esta inmensa noche
que no es silencio, es místico disfraz
de un concierto inmortal. Por escucharlo
mudo como la muerte el orbe está”.
La última vez vagué dos días enteros caminando solitario por las dunas de Erg Chebbi haciendo fotos y más fotos, todas preciosas, no por la calidad de mi cámara ni por el profesionalismo del fotógrafo sino por la belleza y la magia de las dunas. En fin, una noche en las dunas de Erg Chebbi lo cambian a uno. Lo juro. Y si no lo cambian, lo tocan profundamente.
El primer elemento que atrae a los viajeros y turistas a Marruecos es su belleza, magia y exotismo. Sin embargo, Marruecos tiene otros atractivos interesantes para viajeros y turistas ilustrados. Me refiero, entre otros a las huellas romanas en este país, tan lejano a la Roma imperial. Hablo de Volubilis, ciudad romana que debe visitarse.
Marruecos tiene cuatro ciudades imperiales, llamadas así porque en diferentes épocas de su historia fueron capitales del sultanato, hoy reino. Las cuatro ciudades, visita obligada de los viajeros en Marruecos, son: Marrakech, Meknez, Fez y Rabat, la actual capital. Las cuatro ciudades son Patrimonio de la Humanidad. El sitio arqueológico de Volubilis se encuentra a 20 kilómetros al norte de Meknez (o Mekinez) y a 4 de de Mulay Idriss , la ciudad santa de Marruecos.
Emociona recorrer el sitio arqueológico de Volubilis. En tiempos del imperio romano toda esta región nor-occidental de África era denominada Mauritania y era una región aliada de Roma. Augusto nombró rey a Juba que fue el constructor de Volubilis. En el año 44 Claudio anexionó Mauritania al imperio. Juba, rey de los numidas, arqueros famosos de la antigüedad, estaba casado con Cleopatra Selene que era hija de Marco Antonio y de Cleopatra; de esta manera estaba emparentado con las familias gobernantes de Roma y de Egipto. Juba y Cleopatra Selene tuvieron un hijo al que llamaron Ptolomeo, que fue mandado matar por Calígula por ser nieto de Marco Antonio.
La Ciudad de Volubilis, de la que hoy solo se han excavado 20 hectáreas, llegó a ser extensa e importante. Su economía se basaba en el aceite, el trigo y en el negocio de los animales salvajes para la diversión de los romanos en el Circo.