El secuestro de Luis Manuel Díaz, “Mane”, papá del reconocido futbolista nacional Lucho Díaz, evidenció a nivel mundial las grandes dificultades que estamos teniendo los colombianos con el orden público,  las cuales se han agudizado en los últimos días. Junto con el secuestro de Mane, el Eln está realizando  un paro armado en el Chocó y las disidencias de las Farc se levantaron de la mesa de negociaciones. Todas estas acciones están poniendo en crisis la Paz Total del presidente. Está tan complicado el momento que  hasta el mismo Petro ha calificado de “prematuras” las negociaciones con las disidencias. El presidente quiere la Paz Total sin ninguna planeación.
La improvisación y benevolencia del Gobierno ha golpeado en alto grado la moral y confianza de las tropas.  Hasta la fecha han salido 60 generales.  El Ejército se siente amarrado y la limitación de las acciones de las fuerzas armadas ha traído consigo que los comandantes militares  tengan claro que  cualquier operación de control contra los grupos al margen de la ley los pueden llevar al final de su carrera o incluso a largos procesos judiciales.  Es tal  la humillación que está padeciendo el Ejército que hasta ha sido víctima de secuestros,  lo que debería ser totalmente inadmisible para cualquier gobierno.  
Este actuar del Gobierno nacional ha propiciado que todos los grupos al margen de la ley: las disidencias, el Clan del Golfo y el Eln estén aumentado su presencia en los territorios y ha contribuido al incremento de la confrontación entre grupos armados.  Incremento que también se está dando con la  extorsión y los secuestros. 
Con respecto al secuestro, estamos lejos de las épocas del fin del siglo pasado en el que se llegaron a presentar 3.500 anuales -eran los tiempos en que los colombianos no nos atrevíamos a transitar por las carreteras-.  Pasamos a 160 secuestros reportados en el 2021.  Sin embargo, no nos podemos descuidar.  El año pasado por esta época se habían presentado 142 secuestros y en este año van 241 casos. 
Mane, gracias a la presión de la comunidad y por su representatividad,   fue liberado.  Lo tenía secuestrado el Eln, grupo que se encuentra negociando la paz. No la tiene para nada fácil el Gobierno que quiere firmar la paz a como dé lugar.  La comunidad cada día está más recelosa del proceso y va a ser muy difícil que acepte que este grupo guerrillero no libere inmediatamente a los que tiene secuestrados, ni que continue con esta práctica. 

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Lamentablemente el Eje Cafetero no le cumplió al país con la preparación para los Juegos Nacionales.  A mediados del 2019 los gobernadores y alcaldes de las capitales celebraron unidos la designación que les hizo el Gobierno nacional para que se realizaran en esta región.  En las tres sedes la gran mayoría de las competencias se van a realizar en escenarios que no estarán del todo  listos o en sitios improvisados.  
Hay que tener en cuenta que no toda la responsabilidad recae en los mandatarios territoriales. La mayor culpa la puede tener el Gobierno nacional, que es el mayor aportante de recursos para su realización.    Duque y sus ministros del Deporte no hicieron nada para el acondicionamiento de los escenarios y el expresidente firmó el decreto para la disposición de los recursos a tres días de entregar el Gobierno. Petro también tiene su cuota de responsabilidad.  María Isabel Urrutia estuvo tres meses en el cargo.  Todo el país tiene claro cómo fue su paso por el Gobierno; es decir, se perdieron tres meses preciosos. 
Sin duda la región del Eje Cafetero perdió una oportunidad de oro para disponer de escenarios deportivos reglamentarios y totalmente acondicionados para que los deportistas se puedan preparar en la debida forma en todas las disciplinas y logren una figuración destacada en las competencias nacionales e internacionales.

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No deja ser de muy mala presentación que el presidente de todos los colombianos, después de las elecciones, solo se reúna con 15 gobernadores que según dice son sus aliados.  ¿Dónde está el gran acuerdo nacional que él está proponiendo?