Parodiando la frase de “si al presidente le va bien, al país le va igual”, en los actuales momentos se puede decir: a Petro le está yendo mal y lo mismo le está sucediendo al país. Lo grave es que el presidente no está aceptando recomendaciones, propuestas, ni acuerdos. Quiere que solo se haga su voluntad.
En las últimas semanas su coalición de gobierno está tambaleando, por lo que optó por dejar de reunirse con los líderes de los partidos aliados, para pasar a negociar individualmente con cada congresista, poniendo en practica en el “gobierno del cambio” el viejo método para el manejo de los congresistas del “lentejismo”, frase que sale de una narración de la biblia en la que Esaú muerto de hambre cambio su primogenitura con su hermano Jacob por un plato de lentejas.
Implementando el lentejismo es como Petro pretende sacar adelante entre otras su reforma a la salud donde ni él ni su flamante ministra de salud, están interesados en mover ni una coma de su propuesta inicial.
Su paz total anda perdida, no la solo por la matanza por parte del Eln de un grupo de soldados que estaban prestando servicio militar, sino por todo lo que está sucediendo con el denominado Clan del Golfo y las disidencias de las Farc y eso para no hablar de las dificultades que tiene con otros grupos que están al margen de la ley, quienes para una muestra tienen sitiado desde hace un mes al Bajo Cauca, por lo que prácticamente la carretera que conduce de Medellín a la costa atlántica, pasando por Caucasia, no se pudo volver a transitar.
Petro decidió suspender nuevas contrataciones para hacer exploraciones de combustibles fósiles, aduciendo entre otras, que los recursos que se dejarán de recibir por su explotación se reemplazarían por el turismo; sin embargo, qué lejos está la viabilidad de esta propuesta. El cese de las operaciones de las aerolíneas de bajo costo como Ultra Air y Viva Air fue un golpe durísimo para el turismo del país. El gesto populista del presidente de prestar su avión presidencial para mitigar el efecto no sirvió de nada. El daño ya estaba hecho. En su momento poco cuidado le pusieron el presidente y su folclórico ministro de Transporte para atender el grave problema que se avecinaba.
Desatendieron una solicitud que había hecho hace ocho meses Viva Air de poder hacer una unión con Avianca y solo se vinieron a pronunciar cuando la aerolínea cesó sus operaciones. La respuesta llegó totalmente tardía y algo similar sucedió con Ultra Air. Poco cuidado le pusieron a las dificultades económicas que estaban teniendo estas aerolíneas y no propusieron ninguna solución para que no cesaran sus operaciones.
Finalmente el gran afectado ha sido el sector turístico y los potenciales viajeros de estas aerolíneas, quienes no solamente no pudieron viajar, sino que perdieron la inversión que habían hecho con las compras de los tiquetes y el Gobierno totalmente desentendido del tema, como si ellos no tuvieran que ver nada con el problema.
Lo más grave es que la alternativa que tenían los colombianos que querían salir a pasear eran las carreteras y se encontraron con que muchas de las vías troncales se encuentran en mal estado, bien sea por todas las afectaciones que han tenido por el invierno o por la lentitud en la realización de los trabajos relacionados con su construcción y su mantenimiento. Es decir, en esta Semana Santa los colombianos no pudieron salir de turismo -insisto la gran apuesta económica de Petro- ni por tierra, ni por aire.
Lamentablemente los manizaleños y caldenses no hemos estado ajenos al desgobierno de Petro. Recién posesionado, nos visitó y en medio de un desafortunado comentario del alcalde con respecto al Aeropuerto de Palestina dijo queel futuro del proyecto lo resolverían los caldenses en sus diálogos regionales vinculantes, a los que asistieron un grupo muy importante de manizaleños y caldenses, donde se aprobó por inmensa mayoría el respaldo al proyecto.
Lastimosamente el ministro del Transporte prácticamente enterró el proyecto, aduciendo que durante el proceso de su construcción se habían presentado muchos problemas de corrupción y que por tal razón, el Gobierno por lo pronto no lo veía posible. Se le olvida al ministro que una cosa son los malos manejos y la corrupción, que deben ser investigados y si es del caso, sancionados, y otra es la importancia y necesidad de una obra, como claramente lo es el Aeropuerto de Palestina, que como decía, es apoyada y respaldada por la gran mayoría de la comunidad.
Ñapa: Todas las discusiones y negociaciones que se han dado en torno a la reforma a la salud, serán en vano si llega a pasar, porque muy seguramente la Corte Constitucional la tumbará. Afortunadamente, con todos los discursos y desplantes de Petro y de la Corcho, en el país se sigue preservando y respetando la institucionalidad.