En mis épocas de estudiante en la Universidad Nacional de Colombia, sede Manizales, tenía unos compañeros a los que se les decía los “mamertos”, que se caracterizaban por tomarse las asambleas estudiantiles, convocar a paros y asambleas permanentes, lo que generaba que los directivos en algunas oportunidades suspendieran o cancelaran semestres. A los mamertos poco les importaba que estos se perdieran.
Tanto en las asambleas o en reuniones grupales sus discursos eran largos y gaseosos. Muy poco se les entendía. Petro se ha encargado de recordármelos permanentemente, sobre todo con sus discursos y comentarios contra el capitalismo, la empresa privada, los ricos y los gobernantes que le precedieron.
Su ideología política y su afán de convertirse en el salvador mundial de los efectos del cambio climático lo llevaron a tomar la decisión de suspender los estudios de exploración de los hidrocarburos en el país. Aunque no tiene ningún problema en manifestar que en el momento en que estos empiecen a escasear, se le comprarán a Venezuela. Ahí sí se le olvida su discurso ambientalista y no tiene ninguna incomodidad con que ese país sea el contaminante.
Poco le importa que con esta decisión, en un futuro, Colombia pueda tener una gran crisis económica, o que inclusive el suministro del gas y del petróleo de Venezuela se pueda ver afectado en el evento en que se llegue a presentar una controversia política con el vecino país, tal como le sucedió a los europeos con Rusia por la guerra contra Ucrania
Su mandato se ha caracterizado por su falta de capacidad de ejecución, pero se ha destacado, en medio de grandes dificultades, por su lucha por sacar adelante sus reformas sociales. A los trancazos logró, después de diez meses, que le aprobaran en la Cámara su reforma a la salud y el año entrante va a luchar muy fuertemente para que el Senado se la apruebe, lo mismo que la pensional y la laboral. Con el tránsito de estas reformas cualquier cosa puede pasar.
La gran discusión de la reforma a la salud, además de los vicios que se han presentado en su trámite por el Congreso, es que al ser presentada como una ley ordinaria, después de ser aprobada por el Congreso, ante la alta probabilidad de ser demandada, lo más seguro es que la Corte Constitucional la declare inexequible.
El año entrante el Gobierno va a estar de afán, porque tiene plazo para que se la aprueben hasta el 20 de junio, sino se le cae. Aunque hay que aclarar que está aprovechando la demora en el trámite para debilitar las EPS.
El presidente es muy malo para recibir críticas o contradicciones y se dice que con sus subalternos es de muy mal humor. Nadie puede llevarle la contraria. El canciller, Álvaro Leyva, por ejemplo, muy obedientemente y para evitar un reclamo de su jefe, decidió suspender un proceso licitatorio para contratar el suministro de las libretas de los pasaportes, cuando el trámite estaba a punto de ser adjudicado. Por lo que el país está ad-portas de una demanda millonaria, con un alto riesgo de perderla.
Petro también se ha caracterizado por las defensas públicas de sus subalternos. Ante los absurdos y ridículos comentarios recientes del ministro de Salud con respecto al experimento del que hicimos parte los colombianos que nos vacunamos contra el covid o por la sobrecompra de camas de Unidad de Cuidados Intensivos para atender a los afectados por la pandemia, el presidente no solo salió a explicar los comentarios de su ministro, sino que le dio un espaldarazo nombrándolo como ministro delegatario mientras él estaba por fuera del país.
Es de muy mala presentación y de alto riesgo la intromisión que está teniendo el Gobierno nacional en el sector privado. Al inicio del mandato cuestionó la presencia de algunos gerentes y directores de determinados gremios, lo que propició la salida de la directora nacional de Camacol. Hizo un reclamo airado y amenazante porque la Federación Nacional de Cafeteros nombró un gerente que no era de sus afectos. Logró el nombramiento del presidente de la Cámara de Comercio de Bogotá y recientemente perdió la gestión de nombrar a un amigo suyo como presidente, para el 2024, del Consejo Gremial Nacional.
Vergonzosa la decisión del presidente Biden, que muestra claramente la doble moral de los gringos. No tiene ninguna presentación la liberación de Alex Saab y que Maduro lo recibiera mostrándolo como si hubiera sido rescatado de un secuestro. Además, como un ciudadano ejemplar y un héroe.