La línea tres del cable aéreo que actualmente está en proceso de construcción, va desde el terminal de transporte hasta el sector del Cable, con dos estaciones intermedias, una en Fátima y la otra en la Universidad de Caldas. Esta obra se está desarrollando de acuerdo con el cronograma establecido.
El valor del proyecto se estima en $153 mil millones y se pagará con recursos del municipio. La licitación de la construcción se abrió en junio del año pasado y el acta de inicio se firmó el 30 de septiembre. Durante este proceso, se presentaron dos acciones populares para que el contrato no se pudiera adjudicar. Una por parte de unos concejales del municipio, que se tramitó ante el juzgado quinto administrativo y la otra por un ciudadano que la instauró en el juzgado segundo administrativo.
Ambos accionantes pedían la suspensión del proceso de adjudicación, porque no se tenían comprados todos los predios que requería el proyecto. El juzgado quinto no concedió la medida cautelar solicitada de suspensión de la licitación y como las peticiones eran similares, se juntaron ambos procesos en el juzgado segundo.
Hay que tener en cuenta que antes de iniciar el trámite de la licitación, el proyecto fue debidamente analizado y estudiado, determinando el posible trazado de la línea, sus estaciones y a nivel de factibilidad se estableció el presupuesto. Su construcción contempla la obra civil cuyo componente es del 30% y el diseño, el suministro e instalación de los equipos electromecánicos corresponden al 70% del valor del cable. El trazado definitivo de las líneas, la localización de las pilonas y las estaciones las determina finalmente el constructor de común acuerdo con el municipio.
En total son cuatro estaciones y 16 pilonas las que se tienen que construir. A la fecha se tiene definido el proyecto que, como era previsible, se presentaron modificaciones con respecto al diseño realizado por el municipio en la ubicación de unas pilonas y desplazamientos menores en la localización de tres estaciones y traslado de la que estaba propuesta en el CAI del Cable que de común acuerdo con el constructor, se decidió ubicar donde funciona actualmente una sede de Tigo y un local de venta de pollos.
En cuanto a la compra de los predios donde se construirán las estaciones solo falta la negociación de los locales de la estación del CAI del Cable, cuyo trámite se encuentra en proceso debido a la reciente decisión de trasladarla del sitio inicialmente propuesto. De los terrenos de las 16 pilonas, solo falta terminar las negociaciones de los lugares donde se construirán 2 que, entre otras, se encuentran muy adelantadas.
La jueza segunda administrativa decretó como medida cautelar la suspensión de las obras hasta tanto no se corrija la supuesta falta de planeación, que plantearon los accionantes, relacionada con no tener terrenos comprados antes del inicio del contrato, aduciendo que, entre otras, esto podría traer consigo un detrimento patrimonial para el municipio. Esta decisión puede ser muy estricta sobre todo si se tiene en cuenta que el componente principal son los equipos electromecánicos, cuya fabricación está muy adelantada.
Al respecto, es importante aclarar que la construcción de las líneas uno y dos del cable de Manizales, así como la de otros cables en el país, han dejado que el proceso final del diseño de estos quede a cargo del constructor y sea quien determine los sitios exactos de las estructuras de soporte y las estaciones. Así mismo resaltar que, por ejemplo, una obra como Pacífico 3, que es considerada como obra no convencional, como lo son los cables aéreos, no dispuso de todos los predios requeridos antes de iniciar los trabajos.
Además, si antes de sacar la licitación de la línea tres la administración municipal hubiera comprado los terrenos que consideraba se requerían para la construcción del cable habría podido incurrir, ahí sí, en un detrimento patrimonial porque podría haber sucedido que cuando se tuviera el diseño definitivo del proyecto, el municipio habría adquirido inmuebles que no eran necesarios.
También es importante agregar que si algún proyecto de la administración municipal ha tenido la debida planeación y ha estado totalmente monitoreada su construcción, es la línea tres del cable aéreo.
Pueda ser que los argumentos presentados por parte de la administración municipal haciendo uso de los recursos que confiere la ley sirvan para que el juzgado reconsidere la medida cautelar y se puedan reiniciar los trabajos. Mientras esto sucede es muy importante que tanto la Alcaldía, como la comunidad estén muy al tanto de la evolución del proceso de la suspensión de las obras que no solamente retrasara su entrega, sino que además acarrea una alta probabilidad de una demanda por parte del contratista que puede ser cuantiosa toda vez que, como decía, el valor del contrato es de $153 mil millones, con lo que finalmente ahí sí, se podría presentar un verdadero detrimento patrimonial para el municipio.