Petro no está contento con el poder que tiene y eso que el régimen presidencialista nuestro es bastante poderoso. Toda la planta burocrática y la influencia que tiene con los ministerios y sus institutos descentralizados del orden nacional, no le satisfacen. Quiere más poder, ahora va por las instituciones que tradicionalmente han sido manejadas por el sector privado, en las que puede haber alguna injerencia del Estado. Son varias las entidades que han sentido la presión del Gobierno.
En esta oportunidad me quiero referir al interés que tiene por las Cámaras de Comercio y las Cajas de Compensación Familiar. Las Cámaras de Comercio son referentes y vistas como un gremio del sector privado, con una representación muy fuerte y respetada entre la comunidad. Sus juntas directivas las conforman miembros elegidos por voto popular y por designados del Gobierno nacional. Hay que aclarar que la mayoría en las juntas la hacen los miembros del sector privado.
Muy a principios del Gobierno el presidente tomó la decisión de retirar a todos los representantes del sector público que hacían parte de las juntas directivas de las Cámaras de Comercio. Todo apunta a que está interesado en tener un control de estas instituciones. Prueba de ello es que recientemente en la Cámara de Comercio de Bogotá, que es la más grande e importante del país, logró conformar, con la ayuda de algunos representantes del sector privado, mayorías en la junta y nombrar como presidente de esta institución a un fiel escudero suyo. Un dato importante para tener en cuenta es que los que apoyaron al Gobierno en la gestión, fueron los del grupo Nutresa, hoy controlado por los Gilinsky, que supuestamente son opositores a través de la revista Semana, de la que son dueños. El gran temor que hay es que el Gobierno siga adelante con la toma de las Cámaras de Comercio de todo el país.
Las Cajas de Compensación Familiar son consideradas un bastión del sector privado. Sus inicios se dieron en la década de los años cincuenta por iniciativa de los industriales del país. El consejo directivo de estas instituciones lo conforman empresarios del sector privado y empleados de las empresas vinculadas a las cajas. La principal fuente de ingresos proviene de un impuesto del 4% que se cobra sobre el pago que se realiza a los empleados por parte de los empresarios. El principal objeto de estas instituciones es contribuir en el mejoramiento de la calidad de vida de los colombianos y lo hacen con el pago del subsidio familiar y con actividades que tienen que ver con los servicios que prestan en salud, educación, recreación y vivienda. Petro nombró superintendente del subsidio familiar, que es la entidad estatal que se encarga del control y vigilancia de las cajas, a otro fiel seguidor suyo.
Al Gobierno, por su ideología, todo lo que huela a sector privado no le sirve. A la fecha, gracias a las intervenciones de las cajas, tiene el control de 14 de ellas, siendo la última intervenida Comfenalco Antioquia, que es una de las más grandes e importantes del país. Intervención en la que separó de sus cargos, inicialmente por un periodo de 12 meses, al director y a los miembros del consejo directivo. Las razones que esgrimió el Gobierno fueron que estaban preservando el patrimonio de la entidad por una inversión que había hecho en una fiducia en una institución financiera. Aparentemente son otras las razones que tiene.
Comfenalco, en compañía de otras Cajas de Compensación y el Gobierno, son propietarios de Salud Total EPS, que es la entidad a la que el Gobierno le tiene los ojos puestos para que sea el nuevo seguro social que se encargue de la prestación del servicio de salud de los colombianos. Es muy probable que el Gobierno realice en los próximos días la intervención administrativa de las otras Cajas de Compensación que son dueñas de esta EPS, con el fin de que al final tenga el manejo y dominio absoluto de esta entidad.