Es claro que cuando transitamos las vías nacionales es muy alto el número de peajes que hay que pagar, también es claro que en muchas oportunidades el valor de estos es muy costoso, igualmente, es cierto que el estado en que se encuentran muchas de las carreteras, aún las concesionadas, no corresponde al pago que se hace. Pero no se puede desconocer que gracias a los peajes es que el país ha podido ir desatrasándose en su malla vial.
En la década de los noventa se empezó a implementar el sistema de concesiones en el país que ha venido perfeccionándose a medida que ha pasado el tiempo. Ya vamos entre la cuarta y quinta generación, que son denominadas las 4G y 5G. Todos estos proyectos tienen incluido como ayuda de pago para su construcción, la contribución de peajes.
En las últimas concesiones se estableció que el constructor de la obra debería disponer de los recursos necesarios para su construcción. Recursos que serian pagados parte con los peajes y por el estado en el transcurso de la ejecución y operación de la obra; razón por la cual, los constructores tuvieron que salir a conseguir recursos en el exterior.
Ante el panorama económico de Colombia el Presidente Petro tomó la decisión de suspender, al menos por este año, el incremento de la tarifa de los peajes. con esto evitó por el momento posibles reclamos, marchas y bloqueos por parte de los conductores, especialmente camioneros que transitan las carreteras. Aunque hay que aclarar que fueron cuatro las concesiones que no quedaron cobijadas por la decisión del gobierno nacional, entre ellas la Autopista del Café, quienes el 6 de enero, antes de que se expidiera el decreto nacional de suspender el incremento, hicieron efectivo el aumento. Es esta la razón por la que los peajes de esta concesión continúan con el valor fijado a principios de enero.
Como decía, la mayoría de los créditos de los constructores de las concesiones viales son otorgados por extranjeros, por lo que en mi opinión hay que tener mucho cuidado con los comentarios y ruidos que se puedan generar. En ningún momento es bueno para el país espantar a los inversionistas. Petro con sus comentarios como que las que las autopistas 4G y 5G sólo sirven para importar productos y matar la producción nacional y además, que con ellas sólo se benefician los dueños del gran capital en Colombia, poco ayuda a crear un ambiente favorable. Este panorama se puede complicar si no genera confianza en el pago de las obligaciones contraídas por el gobierno nacional.
El presidente Petro ha manifestado que el valor que se deja de pagar por concepto del incremento en el pago de los peajes, se atenderá por un derrame de valorización que se hará a los propietarios de terrenos localizados en las inmediaciones de las vías, con lo que se espera recaudar por este concepto veinte billones de pesos, lo que equivaldría a otra reforma tributaria. Sin lugar a dudas las autopistas contribuyen enormemente para valorizar los terrenos por donde se construyen.
Como todo lo del gobierno Petro, las propuestas no tienen ninguna planeación. El decreto vigente para el cobro de valorización por concepto de las carreteras que se han construido por concesiones fue firmado en la administración Santos Para poder cristalizar la propuesta del gobierno, faltan estudios técnicos para decretar el derrame. Cabe aclarar que hay grandes atrasos con la titularización de los predios rurales y se tienen indefiniciones, porque no todos los predios rurales van a pagar la contribución. Además, los agricultores están muy golpeados especialmente por el valor de los insumos, debido a la inflación y por los tres años que han padecido el fenómeno de la niña.
Se estima que el monto que tendrá que pagar el Gobierno por concepto de no incrementar los peajes es de un billón de pesos, cifra que en últimas, mientras se resuelve la discusión de la implementación de la valorización, se le debe sumar al gasto de las ayudas a los damnificados por el invierno y al pago del Soat de las motos, lo que va adelgazando los recursos que se esperan obtener por la reforma tributaria.
Ñapa: Cada día se enreda mas Petro con su propuesta de descarbonizar el país y de acabar con la exploración de gas y petróleo, en la que poco ayuda su flamante ministra de minas con sus incongruencias sobre las reservas de estas fuentes de energía que son fundamentales para los recursos que requiere el país. Ahora muestra su terquedad enfermiza pidiendo -o exigiendo- que el metro de Bogotá sea subterráneo lo que traerá consigo un atraso -sino una parálisis- en la entrega de la obra y un sobrecosto -en esta escasés de recursos-, que finalmente lo vamos a pagar todos los colombianos.