En un mundo cada vez más complejo y acelerado es fácil perderse. Las distracciones son muchas y las oportunidades, infinitas. En medio de todo esto, es importante encontrar un punto de referencia, una brújula que nos guíe en nuestro camino. Ese punto de referencia es el propósito de vida. Es aquello que nos da sentido, que nos hace sentir que nuestra existencia tiene un valor. Es la razón por la que nos levantamos cada mañana y nos esforzamos por alcanzar nuestras metas. Tener un propósito de vida nos da una sensación de dirección y nos ayuda a superar los obstáculos y a mantenernos motivados, incluso en los momentos más difíciles, nos genera la energía para dar un paso más hacia la meta. También nos conecta con algo más grande que nosotros mismos, lo que nos da un sentido de pertenencia a algo mucho más grande.
¿Cómo encontrar nuestro propósito de vida? No hay una respuesta única a esta pregunta. El propósito de vida es algo personal, que debe ser descubierto por cada individuo. Sin embargo, hay algunas cosas que podemos hacer para iniciar el proceso de búsqueda. Una buena forma de empezar es reflexionar sobre nuestras fortalezas, intereses y valores. ¿Qué nos apasiona? ¿En qué somos buenos? ¿Qué creemos que es importante? ¿Qué causas conmueven nuestro corazón? ¿Cuál es el cambio que quisiéramos ver en el mundo? También es importante pensar en nuestro impacto en el mundo. ¿Qué queremos dejar atrás cuando nos vayamos? ¿Cómo queremos contribuir a la sociedad? Una vez que tengamos una idea de lo que nos interesa y de lo que queremos lograr, podemos empezar a trazar un plan. ¿Qué pasos necesitamos dar para alcanzar nuestro objetivo? ¿Qué recursos necesitamos?¿Qué habilidades debemos desarrollar?
Por supuesto, el propósito de vida no es algo estático. A medida que crecemos y maduramos, nuestro propósito puede evolucionar. Es importante estar abiertos al cambio y estar dispuestos a adaptarnos a medida que surgen nuevas oportunidades, esto puede ser muy apasionante, ya que cuando has avanzado en el camino te encuentras con nuevas posibilidades de ser y habitar en este mundo. El propósito de vida como inspiración. Tener un propósito de vida nos da la fuerza para superar cualquier obstáculo. Nos motiva a seguir adelante, incluso cuando las cosas se ponen difíciles. Ante la pérdida, el dolor y el vacío conectar con tu propósito de vida te inspira a saber que puedes hacer una diferencia en el mundo y no me refiero a grandes aportes, sino a pequeñas acciones que pueden cambiarle el día a una persona. Cuando sabemos por qué hacemos lo que hacemos, somos capaces de superar cualquier desafío. No importa lo que la vida nos ponga en el camino, siempre tendremos la fuerza para seguir adelante, con dolor, pero con una intención clara de cómo podemos contribuir.
Así querido lector te invito a pensar en cuál es la acción que puedes tomar hoy para hacer de este día, ciudad, país y mundo un lugar mejor.