Los incumplimientos y las irregularidades evidenciadas en la Gobernación de Caldas nos deben llevar a continuar nuestra labor de oposición y proponer nuevas estrategias para que el próximo mandatario diseñe y ejecute un plan efectivo para los caldenses. Aclarando que se puede tener el cómo, pero sí el quién es un desastre al que solo le interesa sus finanzas personales, volveremos a perder otros 4 años. El tiempo ha demostrado la ineficiencia de la última década liderada por el hoy ministro Lizcano y sus secuaces para sacar adelante los grandes proyectos de infraestructura que requiere con urgencia Caldas. Nos quedaron debiendo Aerocafé, la vía Manizales-Mariquita, Los mal planeados Juegos Nacionales, Miel 2, las centrales de beneficio animal, el engañoso y fallido programa de las 4,000 viviendas, Central de beneficio del café, PIDEX, Área Metropolitana, Catastro Multipropósito, Hospital de La Dorada, Puentes del Aguacate, Patio de Contenedores, Centro de Innovación Anserma, Plan vías terciarias, entre otros.
Empiezo por volver a promover la creación de una sola secretaria de Infraestructura que trabaje de manera seria y transversal con todos los despachos y sea la única responsable de las obras. Esto evitaría que los secretarios de educación, deportes o la territorial de salud, por mencionar algunos, estén más interesados en el negocio de la contratación que en la importancia de trabajar en la política pública de cada dependencia. Adicionalmente, para el Gobernador es más fácil cuidar un solo bloque de queso con un solo ratón, que entregarlo rallado a muchos ratones. Seguramente con una persona preparada e integra en dicha cartera y pidiéndole a los entes de control que hagan su trabajo, la corrupción disminuiría y la ejecución en las obras aumentaría. Esta propuesta por obvias razones no le gusto a la mayoría de los partidos o movimientos que me acompañaron en las pasadas elecciones, y tal vez a más de uno no le hubiera interesado ser secretario y aún más después de lo vivido en estos casi 4 años en la Asamblea Departamental, observando lo políticamente incorrecto de los partidos políticos, y conociendo como prima para sus integrantes la conveniencia personal sobre las necesidades colectivas de los caldenses. Hoy, con más convencimiento, considero que la estrategia de Infraestructura es primordial para un mandatario que quiera hacer las cosas de manera honesta pensando en región.
Una segunda propuesta es convertir a Inficaldas en un “Tanque de estructuración de proyectos” con profesionales idóneos y bien pagados. En Colombia, Dios está en todas partes, pero tiene sede en Bogotá. La única forma que en Caldas traigamos recursos de verdad es accediendo al sistema general de regalías. Para esto necesitamos tener continuamente proyectos estructurados y bien planeados. Además, Inficaldas debe ser el aliado de los municipios, que en la gran mayoría de ocasiones no cuentan con los recursos para diseñar y estructurar proyectos, y así poder jalonar recursos del gobierno nacional. Esto le daría otra dinámica a esta entidad, que se ha convertido en el peaje más costoso para recibir las utilidades de la Chec y Efigas. Inficaldas desde hace rato se convirtió en una máquina electoral al amaño burocrático por medio de contratos inoficiosos. El desastre de lo que hicieron con Miel 2 es solo la punta del iceberg.
Una última propuesta en esta primera parte del ciclo de infraestructura es insistirle al gobierno nacional en la pertinencia de retomar el programa de obras por impuestos. La sensación que tenemos los empresarios formales y legales cuando pagamos impuestos es que estos en gran medida son usados en burocracia y corrupción. Con los debidos procesos que tiene este programa, nos deberían dejar usar hasta el 50% del impuesto de renta que se tiene establecido, pero sin la restricción del tope nacional. Esto permitiría que las empresas en consenso con la comunidad puedan ejecutar sus impuestos en obras como vías terciarias, acueductos, entre otros. Estoy seguro de que esto contribuiría a que la plata de los impuestos se vea y no se la roben.
Qué difícil será para los Caldenses en las próximas elecciones, la escogencia de un buen gobernante departamental.