A los políticos les encanta preguntar dónde están los responsables de Aerocafé, aunque no les gusta responderse. Eso sí, lo preguntan cuando critican el proyecto en las duras, pero no cuando buscan votos con él en las maduras. Como no hay sanciones con nombres propios, se indignan a punta de generalidades, sin mojarse contra nadie, sin ir a dañarse ninguna relación política.
Hacen creer que los responsables son los ciudadanos o los gremios que impulsan el aeropuerto. Dicen que es culpa de unas “élites”. Como si los partidos, pobrecitos, estuvieran escasos de poder y no contrataran, no nombraran y no cooptaran a las ías.
Para saber dónde están algunos de los protagonistas del desastre, basta revisar los nombres de una denuncia que no hicieron los políticos sino la Corporación Cívica de Caldas y La Patria, en 2011. Dos organizaciones de la sociedad civil (que seguro entran en “las élites” que dice el alcalde de Manizales y su partido). Es solo hacer clic en este enlace: https://bit.ly/3xuJpeo. Una investigación que mostraba el presunto carrusel entre contratistas en interventores.
Aparecen algunos nombres como Carlos Alberto García, Carlos Eduardo Quiroga, Diego Fernando Zuluaga, Edgar Alonso Castro Lizarralde, Jaime Alberto Llano, Juan Alejandro Dávila Rincón, Mario Mejía Restrepo y Ómar Bernal. Ellos, advierto, no tienen hoy condenas por este caso. La falta de sanción de las entidades de control permite que puedan seguir contratando.
Si estas personas son las que estuvieron en los hechos, como contratistas, ¿dónde están hoy? Una búsqueda en Secop nos muestra que, por ejemplo, Juan Alejandro Dávila Rincón fue contratista de Aguas de Manizales en 2021, a través de su empresa Ingeo Soluciones Geotécnicas. También tuvo un contrato con la Alcaldía de Manizales este año. Ambos por contratación directa. También se ve que Édgar Alonso Castro Lizarralde aparece como representante legal de un consorcio que contrató con Aguas de Manizales en 2020.
Con el municipio de Manizales y sus entidades, algunos de los nombres mencionados han contratado en por lo menos 27 veces desde 2013. ¿Dónde están los de Aerocafé? Ahí cerquita de los políticos. Esto por si el alcalde de Manizales, su primo el representante Santiago Osorio o el representante Octavio Cardona, exalcalde, se lo preguntan.
Con la Gobernación, Dávila Rincón aparece con 3 contratos directos. Uno este año, otros 2 en 2021 y 2020. Mientras tanto, Castro Florez SAS, la empresa de Castro Lizarralde para la época del viejo Aerocafé, tiene este año un contrato directo de urgencia manifiesta. Con Inficaldas, esta misma sociedad se quedó con una licitación para vías en 2019.
Con la Gobernación o sus entidades, los nombres de los protagonistas contrataron al menos 16 veces desde 2013. ¿Dónde están los de Aerocafé? Ahí cerquita de los políticos. Esto por si el superministro Mauricio Lizcano y sus designados en la Gobernación se lo preguntan.
Se preguntan dónde ha estado Francis Cruz Prada, el director del proyecto en la época de las denuncias. Que contesten Mauricio Lizcano, Germán Cardona, Óscar Iván Zuluaga o Adriana Gutiérrez. Aunque hoy digan no saber, o hasta lo traten de ladrón, lo tuvieron cerca en los gobiernos que apoyaron desde 2007, cuando juntos lo lanzaron a la Gobernación y lo avalaron en Aerocafé.
Venimos al presente: ¿Dónde están los protagonistas de la tragedia de este año con Aerocafé? La empresa española OHLA. Nadie mejor para responder que el presidente, Gustavo Petro. Según reportó El Tiempo, el pasado 23 de agosto, en la reunión con el mandatario español, Pedro Sánchez, estuvieron presentes los representantes de OHLA. Los tuvo ahí, cerquita. ¿Qué habló con ellos? ¿Les dijo que esto es solo embeleco de las élites superpoderosas de Caldas contra pequeños inversionistas españoles?
El presidente quiso hacer ver que el diálogo social sobre el aeropuerto se le ocurrió montado en el cable con el alcalde. En realidad era una posición que traía desde antes. Hace rato se había filtrado el documento de metas de los 100 días de gobierno. En este ya se decía, para el sector transporte, que este proyecto se sometería a ese proceso de diálogo. Petro metió de carne de cañón al alcalde (quien cayó redondo por sacarse espinas con los gremios), se lavó las manos y, como siempre lo logran desde Bogotá, nos dejaron peleando entre nosotros como si fuera solo problema nuestro.
Si viene diálogo para el aeropuerto que necesitamos, que los políticos se respondan cuando se pregunten. ¡Ah! Y que esta vez nos dejen entrar.