Uno de los sectores más prometedores para el desarrollo económico del país es el turismo, gracias a su capacidad para dinamizar una amplia cadena de valor que incluye transporte, alojamiento, gastronomía, operación turística, logística y comercio. Esto significa generación de empleo y por supuesto, bienestar social. Según el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, en enero de este año el sector creció un 63,5% frente al mismo mes de 2022, demostrando una clara recuperación luego de la pandemia.
Pese a estos buenos resultados, los colombianos nos enfrentamos este año a desafíos económicos, tales como el aumento del IVA del 19% a los tiquetes aéreos, el alza del dólar, la elevada inflación, así como la devaluación del peso colombiano. A esto se le suma la crisis en el transporte de pasajeros, generada con la salida de operación de la aerolínea de bajo costo Viva Air, al igual que las dificultades financieras de Ultra Air, que ha perjudicado a miles de viajeros y a muchas agencias de viajes y empresas del sector turístico. Se trata de una situación que urge ser resuelta tanto por las empresas implicadas, como por los entes gubernamentales.
En contraste, este año se espera un crecimiento del flujo turístico en el país de entre el 6% y 10%, respecto a 2022. Con una amplia diversidad, natural, paisajística y cultural, Colombia posee grandes atractivos para los viajeros en el mundo. Por eso, es necesario fortalecer el sector para que pueda ofrecer un turismo sostenible y seguro, con destinos menos masificados, que aproveche nuestra rica biodiversidad, los paisajes, los valores patrimoniales e históricos y que sea innovador, ofreciendo a los turistas nuevos servicios y experiencias.
En mi opinión, es importante trabajar en aspectos como la competitividad, mejorando los costos, la infraestructura y la formación del recurso humano. También, se debe fortalecer el servicio en todos los eslabones de la cadena productiva, a través de la innovación y la implementación de nuevas tecnologías. Y desde luego, debe existir seguridad, tanto ciudadana, como jurídica, para atraer a más inversionistas.
Precisamente, durante mi labor como gobernadora del Valle del Cauca, hicimos una fuerte apuesta por fortalecer la competitividad, la calidad y la promoción del turismo en el departamento, gracias a lo cual se incrementó en un 15% la afluencia de turistas a la región.
Para ello, emprendimos acciones como la creación de ‘Cali Valle Bureau’, entidad de carácter mixto para promover el departamento como destino de eventos nacionales e internacionales y enfocados al desarrollo sostenible. Además, capacitamos al recurso humano de las entidades que componían la cadena de valor del turismo en los 42 municipios, en temas como gestión integral de destinos turísticos, bilingüismo, implementación de normas técnicas sectoriales y orientación especializada en avistamiento de aves. También, brindamos apoyo a más de 60 agencias de viajes, proveedores y asociaciones de la región Pacífica, para enriquecer su oferta.
Por otra parte, para resaltar los atributos simbólicos, patrimoniales y culturales de algunos de nuestros municipios, creamos el programa ‘Pueblos Mágicos del Valle del Cauca’, que iniciamos con Roldanillo y Ginebra y que ahora se ha extendido a Sevilla y Calima- Darién. Entre tanto, en Cali, con la ‘Alameda de la Salsa’, mediante la renovación urbana, potenciamos la vocación artística y cultural salsera de esta ciudad.
Una herramienta fundamental en este proceso fue la creación del Situr (Sistema de Información Turística), una plataforma que permite ver en línea desde las estadísticas sobre visitantes extranjeros, la ocupación hotelera y los empleos, hasta la oferta turística de la región. Pienso que vale la pena replicar esta experiencia en el país ya que ese tipo de información permite generar políticas públicas para el mejoramiento integral del sector. Desde La U, a través de nuestras bancadas, también hemos aportado al fortalecimiento de la Ley de Turismo, para que pueda responder a los desafíos actuales del sector. Pero es necesario seguir avanzando, sobre todo, en el desarrollo del turismo sostenible y el ecoturismo. También, en la promoción de nuestros destinos en el plano internacional, así como del turismo interno. De este modo, se va a generar empleo en un sector que ocupa de manera especial a los jóvenes y a las mujeres, lo cual contribuiría a reducir la brecha laboral que existe con estos grupos poblacionales.
Estamos en una época de alta actividad turística. Es una buena oportunidad para entender que el turismo, es el destino para el desarrollo. Por eso, mi invitación es a buscar pronta solución a la crisis que se está dando en el sector aéreo y para que, desde el sector público y privado, se continúe en el fortalecimiento de la cadena productiva de esta vital actividad económica.