‘Automotor’ es un adjetivo, que, como tal, tiene femenino, ‘automotora’. También, ‘automotriz’. Como ‘motor’ (‘motora’ y ‘motriz’). En su artículo ‘La economía también se mueve en carro’ (LA PATRIA, 21/5/2024), el columnista Luis Alfonso Arias Aristizábal lo empleó cinco veces; una sola, castizamente (“...los préstamos para vehículos automotores”). Las otras cuatro, mal: “sector automotriz”. Correctamente, ‘sector automotor’, porque el adjetivo, sin excepciones, concuerda con su sustantivo en género y número, y no importa que no esté inmediatamente antes o después de él, como en la siguiente muestra: “...sin importar lo difícil que sean las circunstancias...” (Ibídem, María Leonor Velásquez Arango, 22/5/2024). En esta frase, el sustantivo es ‘circunstancias’; su adjetivo, ‘difícil’, que debe concordar con él, no sólo en género, sino también en número, así: “...lo difíciles que sean las circunstancias...”. Lo que se aprecia mejor en los siguientes ejemplos: ‘Hay que tener en cuenta lo duras que son las jornadas del campesino’ y ‘lo escasos que son sus recursos económicos’. Nota: En todos estos ejemplos, el artículo determinado neutro ‘lo’, a veces pronombre, hace las veces de adverbio, pues modifica adjetivos y se puede sustituir por el adverbio ‘cuan’ (apócope de ‘cuanto’).
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No volví a hablar de la omnipresente locución ‘a nivel’, porque se propagó de tal manera que ya es imposible desterrarla: ya los médicos no dicen ‘en el cerebro’, sino ‘a nivel cerebral’; los periodistas no escriben ‘nacionalmente’, sino a ‘a nivel nacional’, ni ‘recibió el golpe en el brazo derecho’, sino ‘a nivel del brazo...’, etc. La menciono hoy, porque me parece que ha influenciado la construcción de los complementos de lugar en que interviene el sustantivo ‘nivel’, como se comprueba en la siguiente oración: “En este momento la institucionalidad a todos los niveles está transmitiendo a la ciudadanía la idea...” (LA PATRIA, Juana Carolina Londoño, 22/5/2024). En ella, el primer complemento es circunstancial de lugar, por lo que tiene que ser introducido por la preposición ‘en’, no ‘a’, de la siguiente manera: “...en todos los niveles...”. En el segundo complemento (“...transmitiendo a la ciudadanía...”) sí está bien empleada la reposición ‘a’, pues ese complemento es de finalidad o término de la acción. Tal, la diferencia.
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“Antaño me mordió el sapo, y hogaño se me hinchó el papo”. Este antiquísimo refrán se aplica a quien atribuye un suceso reciente a una causa viejísima. Don Vicente Salvá lo explica en latín: “Ne recens malum remotae causae tribuas” (No le atribuyas una causa remota a un mal reciente). Traigo esto a colación para hablar de los adverbios ‘antaño’ y ‘hogaño’, el primero mal empleado por el columnista Fuad Gonzalo Chacón en la siguiente oración: “Y es que ahora las tertulias sobre libros, en antaño concebidas como eventos de nicho que se confinaban timoratamente...” (LA PATRIA, 22/5/2024). Esos adverbios, podemos decir, tienen la preposición ‘en’ incorporada, por lo que no hay que expresarla, En efecto, ‘antaño’ (del latín ‘ante annum’, ‘un año antes, el año pasado’) significa ‘en tiempo pasado’, antiguamente, y ‘hogaño’ (del latín ‘hoc anno’, ‘en este año’), ‘en esta época’, actualmente. Cierro con el refrán que expresa decadencia, pues quiere decir que las cosas han cambiado, que ya nada es lo mismo: “En los nidos de antaño ya no hay pájaros hogaño”.
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Al redactor del editorial de LA PATRIA del 28 de mayo de 2024 se le quedó en el teclado la preposición ‘a’ en las siguientes oraciones: “...a los que les queda muy difícil salir competir con estas potencias”. “Se espera que con la llegada del nuevo ministro de Comercio, Industria y Turismo, Luis Carlos Reyes, medie ante la ministra de Agricultura para que se decida aplicar lo que exige la norma”. En la primera, seguramente, pudo ser por un descuido involuntario; en la segunda, tal vez, por considerar que el encuentro de las tres ‘aes’ permite eliminar una de ellas, la preposición, precisamente, presunción frecuente de algunos escritores. “...para que se decida a aplicar...”, así. Con el verbo en su forma transitiva no tiene cabida la preposición: “...para que decida aplicar...”. Detalles de la gramática.