‘Chocolatear’ es el encabezamiento de uno de los apartes de la sección ‘Supimos que’ de LA PATRIA (13/12/2023). Y en el texto se lee: “Hace dos semanas (...) el alcalde, Andrés Duque Osorio, alcanzó a chocolatear...”. ¿Alcanzó a tomar chocolate? El redactor, parece, ‘oyó cantar el gallo, pero no supo en qué muladar’. En efecto, confundió el verbo ‘chocolatear’ (‘chocolatiar’, como aparece en el ‘Diccionario abreviado’ del general Uribe Uribe, ‘tomar chocolate’) con ‘chocolear’, una de las primeras palabras de mi escasísimo léxico infantil, pues era corriente en la época, y que pronunciábamos ‘chocoliar’. Este verbo se aplica a las personas a las que ‘se les vienen algunas lágrimas’ al recordar, por ejemplo, algún episodio triste de su vida o describirlo, como le sucedió al futbolista Carlos Baca del Atlético Junior durante la rueda de prensa al evocar el recuerdo de su mamá, fallecida antes de verlo triunfar en el equipo de su predilección. De este verbo dice Emilio Robledo: “Entristecerse. Lagrimar. Llorar. Parece que sea por la semejanza de las lágrimas con los granos tiernos del maíz” (Papeletas lexicográficas). Estos ‘granos tiernos’ son los de la mazorca que llamamos ‘chócolo’ (‘choclo’).
***
Extrañado, por no decir ‘asombrado’, leí el siguiente disparate del columnista de El Tiempo Armando Silva: “Y a todo lo dicho se deben agregar las sesiones exclusivas para veganos o vegetarianos...” (16/12/2023). Describía en su artículo la innumerable cantidad de presentaciones de un mismo producto en los anaqueles de cualquier supermercado. No me equivoco, entonces, al decir que escribió ‘sesiones’ por ‘secciones’, el término apropiado en ese contexto, porque ‘sección’ (del latín ‘sectio-onis’ –de ‘secare’, ‘cortar’– ‘acción de cortar, amputación, sección, cortadura’) significa, entre otras cosas, “cada una de las partes en que se divide o se considera dividido un objeto, un conjunto de objetos, una empresa, una organización, etc.”, una tienda, por ejemplo. En cambio, ‘sesión’ (del latín ‘sessio-onis’ –de ‘sedere’, ‘sentarse, estar sentado’– ‘acción de sentarse, asiento, pausa, audiencia’) es un “espacio de tiempo ocupado por una actividad”, verbigracia, ‘una sesión de espiritismo’. ¿Desatención del periodista? Muy posiblemente, pero...
***
El siguiente es el primer párrafo del artículo de Miguel Ángel Hoyos Zuluaga para Eje 21; “Con todo respeto me apropio a la novela de un escritor Español José María Gironella, que habla sobre la guerra civil en España: fueron las palabras que se me vino a la cabeza para hablar sobre la Paz en Colombia, me acorde en las dejaciones de armas de la guerrilla más antigua del occidente” 13/12/2023). ¿Será posible escribir más mal? En estos tres renglones hay cuatro errores graves: el primero, el uso equivocado de la preposición ‘a’ con el verbo ‘apropiarse’ (correctamente, ‘apropiarse de’); el segundo, falta de concordancia del verbo con el sustantivo (castizamente, ‘fueron las palabras que se me vinieron a la cabeza’); tercero, la omisión de la tilde del pretérito del verbo ‘acordar’ (‘me acordé’, así), y cuarto, el empleo de la preposición ‘en’ en la lugar de ‘de’ con el mismo verbo (‘me acordé de’, sin duda). Y así, todo el escrito, que más parece su ‘borrador’, al que le falta mucho trabajo para hacerlo publicable. Algo que debe tener muy en cuenta su redactor si quiere ofrecernos un buen producto.
***
Los participios pasivos irregulares de los verbos se emplean única y exclusivamente como adjetivos, por ejemplo, ‘el presidente electo es incapaz de gobernar’. No obstante, actualmente son empleados indiscriminadamente, especialmente el del verbo ‘elegir’, ‘electo’. Casi nadie usa el regular, ‘elegido’, como en las siguientes muestras: “Exprocuradores defienden rol de la Procuraduría para sancionar a electos por votos” (El Tiempo, titular, e.6, 24/11/2023). “La dirigencia caldense, los gremios, las autoridades salientes y las electas del departamento...” (LA PATRIA, editorial, 11/12/2023). “Ahora que los electos se posesionen y comiencen sus periodos...” (Ibídem, editorial, 18/12/2023). En las tres, el participio apropiado es el regular, sin más vueltas: “...los elegidos por votos...”, “...y las elegidas del departamento...” y “que los elegidos se posesionen...”. Y suenan mejor, ¿no?