Titular del diario La República: “El perro de Alain Delon no será eutanasiado como quería el famoso actor de Francia si muriese: “¡No se preocupen por Loubo!” (22/8/2024). Pregunta un lector si es correcto el verbo ‘eutanasiar’. Por ahora no. Son muchos los sustantivos que en castellano significan ‘la acción del verbo correspondiente’, como ‘seducción’, ‘acción y efecto’ de ‘seducir’. Pero éste no es el caso de ‘eutanasia’, sustantivo que viene del griego ‘euthanasía’ (‘buena muerte’), compuesto de ‘eu’ (‘bien’) y ‘thánatos’ (‘muerte’). Según Corominas, fue registrado alrededor de 1925. Aparece por primera vez en la decimoctava edición de El Diccionario (1956) con esta definición: “Med. Muerte sin sufrimiento físico y, en sentido restricto, la que así se provoca voluntariamente”. Actualmente le agrega esta acepción: “Intervención deliberada para ponerle fin a la vida de un paciente sin perspectiva de cura”. Ahora bien, como no existe el verbo, para expresar esa idea se dice, por ejemplo, ‘aplicar la eutanasia’, ‘practicarla’, o una frase parecida y, con frecuencia, eufemística. Dije antes que por ahora no tenemos el verbo ‘eutanasiar’, pero no me extrañaría que pronto la Academia de la Lengua le dé su bendición. Pensé, entonces, en el verbo ‘anestesiar’. Nota: entre los veterinarios, es común el uso del verbo ‘eutanasiar’ cuando se sacrifican mascotas sin causarles sufrimientos, lo que explica la inclusión de su participio pasado en el titular glosado. 
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Una cosa es la ‘capacidad’ de hacer algo, y otra, muy distinta, la ‘buena voluntad’ de realizarlo o ejecutarlo. En la siguiente oración, el editorialista de LA PATRIA echó mano de la primera por la segunda: “Lo más importante de este encuentro es que quien ocupa el primer cargo de los colombianos haya tenido la capacidad para sentarse a dialogar con quienes han sido blanco de sus críticas” (25/8/2024). ‘Capacidad’ (del latín ‘capacitas-atis’), además de su acepción de “propiedad de una cosa de contener otra dentro de ciertos límites”, significa también la  “aptitud o talento que tiene alguien para el buen ejercicio de algo”. Como todos los seres humanos, Guspéu tiene la ‘capacidad’ de sentarse y aun de repantigarse, como lo hizo el 20 de julio delante de los militares colombianos. Lo que resalta el editorialista es que haya tenido la ‘buena voluntad’ de dialogar con sus ‘víctimas’, aunque, por su radicalismo ideológico, no cambie su modo de actuar, que seguirá siendo el mismo. 
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El lector José Albeiro Marín Toro anota que el término ‘promedio’ está fuera de lugar en una de las frases de la misiva del corresponsal Jorge Iván Castaño a LA PATRIA: “Con su labor llegó a entregar un promedio de 7.000 instrumentos en sus 20 años de recorrido” (11/8/2024). Aludía al trabajo realizado por el señor Héctor Idárraga. Y tiene razón, ¡cómo no!, porque ‘promedio’ es la “cantidad o valor medio que resulta de dividir la suma de todos los valores entre el número de estos”, por ejemplo, ‘el promedio de asistentes al estadio es de 8.000 aficionados’.  La redacción correcta del corresponsal podría ser ésta: “...llegó a entregar unos 7.000 instrumentos...” o “...alrededor de...”. 
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Aunque sea inútil, insisto. La locución verbal ‘tratarse de’ es impersonal, no admite sujeto. La violación de esta norma es cada día más frecuente. Muestras, disonantes, sin duda: “El acuerdo se trata de garantizar seguridad a la sociedad colombiana...”  (El Tiempo, Juan Fernando Cristo, 25/8/2024). “La segunda decisión o iniciativa se trata de la Paz Total” (LA PATRIA, Bernardo Mejía Prieto, 26/8/2024). Sobra el comentario.