Generalmente, algunos redactores confunden los adjetivos ‘inminente’ y ‘eminente’, empleándolos el uno por el otro. Pero en la siguiente oración la doctora Dilian Francisca Toro echó mano de ‘inminente’ de la manera más equivocada posible: “Si bien la crisis energética logró superarse antes de lo previsto, lo cierto es que el impacto fue inminente” (LA PATRIA, 13/6/2023). ¿Quiso decir ‘inmediato’? Quizá, porque este adjetivo califica todo aquello “que sucede enseguida, sin tardanza”, idea que, me parece, la columnista quiso expresar. En cambio, ‘inminente’ (del verbo latino ‘imminere’ – ‘estar suspendido sobre, estar cercano’) califica todo lo que está próximo a suceder, que es una amenaza cercana. Los diccionarios son indispensables para todos los que escribimos por oficio o por devoción.
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No son lo mismo ‘septuagenario’ y ‘septuagésimo’. En efecto, ‘septuagenario’ se le dice únicamente a quien ha deambulado por este mundo durante setenta años o más, sin llegar a los ochenta. Se le llama también ‘setentón’, como ‘ochentón’ al ‘octogenario’, ‘cincuentón’ al ‘quincuagenario’ y ‘noventón’ al ‘nonagenario’. Y ‘septuagésimo’ es la forma ordinal del número cardinal ‘setenta’ (“que sigue inmediatamente después del sexagésimo nono”). El columnista José Portaccio Fontalvo, experto en temas musicales, confundió los dos términos al redactar esta oración: “Por esto saludamos este histórico septuagenario que partió en dos la vida de la nación colombiana” (LA PATRIA, Voz del lector, 16/6/2023). Como se trata de los “Setenta años de la cumbia cienaguera”, no de un personaje, la redacción debió ser ésta, o una parecida: “Por esto saludamos este histórico septuagésimo aniversario...”. Como digo, los diccionarios...
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En una de sus cartas a Juan José, El Fraile escribió: “Peter Hansen el holandés que llegó a ser conocido en el mundo taurino por lanzarse al ruedo de distintas plazas de toros (...) generalmente con el torso desnudo y pinturrujeado con letreros alusivos a la guerra contra los Toros...” (LA PATRIA, De los espontáneos, 18/6/2023). El verbo ‘pinturrujear’ no existe en castellano, por lo tanto, tampoco su participio pasado ni su adjetivo. ¿Será de la jerga taurina? Lo ignoro y no lo creo. Tenemos, sí, el verbo coloquial ‘pintarrajear’ (‘pintarrajar’, “manchar algo de varios colores y sin arte”, como lo hace la mayoría de los grafiteros). Como pronominal, “pintarse o maquillarse excesivamente y mal”.
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Según algunos lectores, se está haciendo frecuente entre los redactores de nuestro periódico la violación de la norma gramatical que enseña que el verbo debe concordar en número con el sujeto de la oración a la que pertenece. Para la muestra, este botón: “El resultado de estos foros les permitirán al precandidato y a sus colaboradores...” (LA PATRIA, Supimos que, 17/6/2023). El sujeto de esta oración es ‘resultado’ (singular); su verbo, ‘permitirá’ (singular también, no, ‘permitirán’), no importa que esté lejos de su sujeto o que se les interpongan incisos o complementos en plural, como en el ejemplo tratado (‘de estos foros’).
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“Erre con erre, cigarro; erre con erre, barril. Rápido ruedan los carros cargados de azúcar al ferrocarril”, recitábamos repetidamente los niños de mi época para aprender a pronunciar el sonido fuerte (‘vibrante múltiple’) de la consonante doble ‘erre’ –llamada ahora ‘dígrafo’ por la Academia de la Lengua–. Este sonido se conserva cuando la palabra empieza por ‘ere’, como en ‘rosa’ y ‘Roberto’. La grafía doble, ‘erre’, solamente se usa cuando esta consonante cae entre dos vocales, como en los versos citados al principio y en voces compuestas, como ‘ciclorruta’ y ‘correligionario’, pero no cuando aparece entre consonante y vocal, verbigracia, ‘Enrique’ y ‘enredo’. Esta norma fue olvidada por Ari en el texto de una de sus caricaturas dominicales: “Pobrecitos, ¿de qué van a vivir? HONRRADAMENTE”. Así ‘pensó’ en dicha caricatura el negociador oficial de Colombia en la Habana ante la declaración del ELN: “El negocio del secuestro no está negociado” (LA PATRIA, 18/6/2023). “Honradamente”. Y no fue gazapo, sino error grave, pues fue escrito de su puño y letra,