Una de las guías del crucigrama dominical de El Tiempo (20/8/2023) fue ésta: “Que huele a huevo podrido”. Aunque la solución –‘nidoroso’– era la única que ‘cuadraba’ en ese lugar, me demoré para escribirla. Hice antes las siguientes consideraciones: el latín tiene el sustantivo ‘nidor-oris’ (“olor (vapor) que se deprende de algo que se asa, se cuece o se quema”) y el adjetivo ‘nidorosus-a-um’ (“que exhala olor de carne asada o quemada”). A pesar de su procedencia latina, no se encuentra en los diccionarios regulares. De acuerdo con la fuente consultada, un diccionario de términos médicos presenta esta definición: “Que huele a materia orgánica animal en estado de descomposición”. En resumen, Plauto y sus paisanos calificaban de ‘nidoroso’ lo que oliera a carne asada; nosotros, lo que huela a carne putrefacta. Hechas estas reflexiones, y ya convencido, la escribí en el crucigrama, que con esa palabra di por terminado. 
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En el 2008 escribí sobre la muy frecuente locución ‘a cuentagotas’, que, sin ninguna duda, es equivocada. Vuelvo hoy sobre ella, porque el editorialista de LA PATRIA echó mano de ella en dos oportunidades en su columna del 25 de agosto de 2023, “Qué tiene la ley de reconciliación”. Así redactó: “...y este tipo de avisos a cuentagotas abre la puerta para la especulación y el temor”. Y termina el artículo de esta manera: “No pueden seguir siendo un anuncio a cuenta gotas”. La locución correcta tiene que ser ‘con cuentagotas’, porque éste –que siempre llamamos ‘gotero’– es un ‘instrumento’, “utensilio de cristal y goma, dispuesto para verter un líquido gota a gota”. Cuando utilizamos esa locución expresamos que algo se hace pausada, lentamente, o por entregas, como los abonos que hacen las víctimas de los usureros del infame sistema llamado ‘gota a gota’, coloquialmente, ‘gota’. 
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El buen analista político y columnista de LA PATRIA Ricardo Correa Robledo escribió: “No me cabe duda de que si Rodolfo Hernández hubiera sido presidente hubiera sido un fiasco” (17/8/2023). En esta oración compuesta, la sintaxis salió mal librada por el empleo del mismo modo verbal (subjuntivo, pretérito imperfecto) en la subordinada, en la que debió utilizar el indicativo (pospretérito o potencial simple), así: “...si Rodolfo Hernández hubiera sido presidente habría sido un fiasco”, es decir, que  la presidencia de Hernández es sólo una ‘posibilidad’ (subjuntivo) y su gobierno, en caso de presentarse aquélla, un fracaso (un ‘hecho’, modo indicativo). 
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Proveniente de ‘balanza (“instrumento que sirve para pesar o, más propiamente, medir masas”), el verbo ‘abalanzar’ significa “impulsar, inclinar hacia adelante, incitar”, y ‘abalanzarse’, “lanzarse, arrojarse en dirección a alguien o algo”. Así, con su naturaleza de pronominal, lo empleó el presbítero Efraín Castaño en esta frase: “...pero el can se avalanzó pronto y atacó el rostro de la adolescente...” (LA PATRIA. 16/8/2023). Y lo escribió así, con ‘uve’, quizás por influencia de ‘avalancha’, que, aparentemente, tiene más lógica que ‘balanza’. Sin embargo, J. Corominas, erudito en estos asuntos, anota: “Abalanzarse. Primera mitad siglo XV, se explica semánticamente por el movimiento acelerado de la balanza cuando se rompe el equilibrio”. Y don Sebastián de Covarrubias (s. XVII) lo define así: “Arrojarse sin consideración a dezir o hazer una cosa de que se podrían seguir algunos inconvenientes”. Y explica: “Es tomada la metáfora del peso de dos balanças, que si la una tiene más peso que la otra y no están en fiel, se arroja con el demasiado y desigual peso; que por otro término dezimos precipitarse o arrojarse”. 
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En el mismo artículo escribió:    “...la chica del rostro razgado...”: el verbo ‘rasgar’ (con ‘ese’, del latín ‘resecare’ –‘quitar cortando, cortar, sajar’) significa “romper una cosa,  por ejemplo una tela o un papel, tirando de una parte de ella o de dos partes en direcciones opuestas” (M. Moliner). Según esta definición, el redactor –que no se caracteriza por su acertada elección de los adjetivos– debió decidirse por otro más apropiado que ‘rasgado’, como ‘herido, lesionado, lastimado, mordido’, etc.