El castellano tiene unos sesenta y cuatro verbos con participios pasivos regular e irregular, como ‘romper’ (‘rompido’ y ‘roto’), ‘maldecir’ (‘maldecido’ y ‘maldito’) y ‘elegir’ (‘elegido’ y ‘electo’). Su empleo está regido por la siguiente norma, muy sencilla, por cierto: con el participio regular se forman los tiempos compuestos de los verbos, por ejemplo, ‘la Iglesia ha elegido papa’; también, hace las veces de adjetivo (‘el alcalde elegido’). El participio irregular se usa única y exclusivamente  como adjetivo, verbigracia, ‘el presidente electo es incapaz de gobernar’. Según esta norma, la procuradora Margarita Cabello empleó mal el participio irregular de ‘elegir’ en esta aclaración: “Para los electos popularmente que en el momento de la sanción ya no están en el cargo...” (El Tiempo, 15/8/2023). Correctamente, “para los elegidos popularmente...”. Excepción de la norma son los participios irregulares ‘frito, preso, provisto y roto’, que se emplean con más frecuencia en los tiempos compuestos que los regulares ‘freído, prendido, proveído y rompido’. Nota: los participios pasivos, cuando no hacen parte de los tiempos compuestos del verbo, son, como los adjetivos, variables en género y número. 
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Para mí ha sido siempre misteriosa la forma como ‘pegan’ los solecismos y los vicios idiomáticos. Caso puntual, el uso del adjetivo ‘previo’ en lugar del adverbio de tiempo ‘antes’, tanto en el lenguaje escrito como en el hablado. Los ejemplos abundan, pero presentaré sólo el siguiente: “...se evidencia que, al parecer, desde su celular Tenedor conversó con personas previo a los hechos...” (LA PATRIA, Sucesos, 15/8/2023). ¿No es más fácil escribir y decir “conversó con personas antes de los hechos”? Podría emplearse también el adverbio ‘previamente’ (‘con anterioridad, con antelación’), pero es preferible ‘antes’ en esa redacción. Además, como “Tenedor” es un apodo, debe escribirse así, entrecomillado, como “Guadaña” en el siguiente titular: “Guadaña habría matado en Norcasia” (Ibídem, 21/8/2023), pues se trata de un sobrenombre, no del instrumento de labranza, símbolo de la “Descarnada”. 
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No importa que a veces suene bien. Aludo al empleo incorrecto del adjetivo indefinido ‘cualquiera’ (referido a un sustantivo indeterminado), que debe apocoparse cuando precede al sustantivo. De muestra, esta oración del doctor Hernando Arango Monedero: “Es por lo anterior que debe establecerse que, quienes reciben subsidios o cualquiera otra forma de ayuda de parte del Estado, sea en dinero efectivo o en bienes o cualquiera otra denominación que se le quiera dar a tales beneficios...” (Eje 21, 16/8/2023). Aun cuando, como dije, no suenan tan mal, las dos formas completas del adjetivo no son castizas, porque la norma es precisa: cuando el adjetivo indefinido precede al sustantivo, no importa que otra palabra se interponga, debe apocoparse, así: “...cualquier otra forma de ayuda...” y “...cualquier otra denominación...”. Sí suena mal, y hasta el oído lo  rechaza, es el ‘que galicado’ con el que comienza la oración: “Es por lo anterior que...”, construcción gramatical inaceptable, que contrapone la partícula ‘que’ al verbo ‘ser’. Castizamente, “es por lo anterior por lo que”, o, simplemente, “por lo anterior, debe establecerse”. Otra muestra: “Por ese motivo, es que este asunto y todo lo relacionado con la salud mental tiene que tomarse en serio” (LA PATRIA, editorial, 23/8/2023). “Por ese motivo, este asunto...”, sencillamente. 
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Durante un par de semanas tuve engavetado un párrafo de la columna de Luis Guillermo Buitrago (LA PATRIA, 9/8/2023), en el que abusa del gerundio. Pero luego de leer la siguiente afirmación de la columnista Claudia Hakim sobre la obra del pintor italiano Angelino Medoro (1567-1631) decidí echarlo al olvido: “Son obra suya un número plural de óleos, encontrándose estos en las más importantes colecciones...” (El Tiempo, 18/8/023). Por su naturaleza, el gerundio (que denota una acción continua pasada, presente o futura) es eminentemente activo, por lo que puede decirse que, por regla general, las cosas inanimadas no pueden ser su agente, como en el caso de las obras del artista italiano. “...obras que se encuentran en...”, es la forma castiza de expresar esa idea. Más aún, falta la acción de otro verbo para acatar la regla de oro del ‘gerundio’: simultaneidad, verbigracia, ‘estamos aprendiendo’.