La ‘sintaxis’ no es otra cosa que el enlace lógico y armonioso de las distintas partes de la oración en el discurso, o, si lo prefiere, en la redacción. La concordancia gramatical es esencial para ese efecto, por ejemplo, la relación apropiada de los adverbios de modo, lugar y tiempo con sus antecedentes. La infracción de esta norma hace que la sintaxis cojee, como en la siguiente muestra: “Sin embargo, es en esos momentos de adversidad donde nuestra determinación y fuerza interior se fortalecen”. (LA PATRIA, Juan Álvaro Montoya, 1/6/2023). El antecedente en esta oración, ‘en esos momentos de adversidad’, es de tiempo, por lo que el adverbio con él relacionado (‘consecuente’) tiene que ser también de tiempo (‘cuando’), no de lugar (‘donde’), el empleado por el redactor. Con los otros adverbios, así: ‘fue así como lo conocí’ (‘modo’); ‘es en Manizales en donde mejor se vive’ (‘lugar’). Nota: la sustitución de esos adverbios por la partícula ‘que’, cuando se contrapone al verbo ‘ser’, es la causa de la construcción gramatical errada, llamada ‘que galicado’, verbigracia, ‘así es que se hace’, en vez de ‘así es como se hace’.
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Titular de El Tiempo, inexplicable e inaceptable por su incoherencia: “Alza de gasolina parará hasta que precio interno sea igual al importado” (Guspéu, 5/6/2023). Entonces, los dueños de automóviles no tendrán que preocuparse por futuros aumentos del precio de la gasolina, lo que, claramente, no es lo pretendido por este dizque ‘gobierno’. Y los responsables del prestigioso diario ¡‘deglutieron entero’! La enmienda está a la vista y de dos maneras: la primera, con el adverbio de negación ‘no’ (“Alza de gasolina no parará hasta...”); la segunda, con la sustitución de la preposición ‘hasta’ por el adverbio de tiempo ‘cuando’ (“...parará cuando el precio...”). Elemental.
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De la siguiente manera terminó su columna el señor Daniel Hurtado Cano: “Está próximo a finalizar la convocatoria de ‘Premio cívico por una región centro sur mejor’” (LA PATRIA, Nala, mi mascota, 2/6/2023). En esta oración cojea también la ‘sintaxis’, porque viola la norma que consagra la concordancia en género del adjetivo con su sustantivo*, que, en este caso, es ‘convocatoria’ (femenino), por lo que su adjetivo debe ir también en el mismo género, así: Está próxima a finalizar la convocatoria....”. *Sobra añadir que concuerda también en número.
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Del adverbio latino de lugar ‘illinc’ (‘de allí, de aquel sitio o lugar’) viene el nuestro ‘allende’ (‘de la parte de allá’), que, cuando tiene este significado, no pide la preposición ‘de’*. Por ejemplo, ‘allende el Atlántico’ (‘más allá del Atlántico’). Según Corominas, al principio se escribía en dos palabras, ‘allén de’. En su columna dominical ‘Hablemos de libros’, el señor Fernando-Alonso Ramírez escribió: “Que unas crónicas de viaje que describen lo que sucedía allende de Moscú de la Europa occidental...” (LA PATRIA, 3/6/2023). “...lo que sucedía allende Moscú...”, así. *Según la Academia de la Lengua, cuando significa ‘además de’, sí la lleva, y da este ejemplo: “Allende de ser hermosa, era discreta”. Construcción cacofónica, sin duda. Nota: su antónimo, ‘aquende’, viene del latín ‘eccum inde’, y quiere decir ‘del lado de acá’, verbigracia, ‘aquende el océano’ (‘más acá del océano’). Tampoco rige la preposición. En un principio, según el mismo autor, se decía ‘aquén de’.
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El ‘gerundio’ (del latín ‘gerundium’, de ‘gerere’ -‘llevar algo encima’) implica siempre acción y debe usarse por regla general simultáneamente con otra acción, verbigracia, ‘llegó volando’. Uno de mis corresponsales me envió el siguiente texto como ejemplo del ‘gerundio mal empleado’: “El próximo 9 de junio, se realizará el Foro “Visión de Desarrollo Sostenible de Marmato, Riosucio y Supía” organizado por la Chec (...), participando los actores que inciden en los principales sectores de estos municipios...”. Parecido al ejemplo clásico ‘una caja conteniendo manzanas’. En la muestra enviada, el gerundio debió ser reemplazado por el complemento “en el que participarán...”. Obviamente.