La semana pasada en el el Festival Internacional de Música CiMa tuvo lugar, el Encuentro de Coros CiMa 2024, con la participación de la Coral Universitaria UIS (Universidad industrial de Santander) y 6 coros de Manizales: Coro de la Universidad Nacional, VocaLab (Coro de Cámara), Coral Santa María, Coral Brahms y UMBRA, Coro de la Universidad de Caldas.
Fue un encuentro de tres horas de buena música y repertorios variados, con aforo completo en el auditorio de la Universidad de Manizales, aproximadamente 500 espectadores, desde niños hasta adultos mayores, disfrutando del espectáculo. Al final caras felices y corazones contentos, en especial los de nosotros, los coristas. En ese momento les dije a mis compañeras, ¿Cómo es que llevo más de 100 columnas en La Patria y no le he dedicado ninguna a este arte que me hace tan feliz?, pues bien, se llegó la hora.
Soy muy afortunada de haber encontrado una de mis pasiones en el canto, bendita la música en mi vida y lo que ha representado.
Nunca voy a dejar de agradecer a Ani Mesa por haberme invitado en el 2010 (después de una rumba de cantada), a audicionar en el Taller de Ópera, hecho absolutamente impensable, pues mi única conexión con la música había sido en el colegio, y en mi infancia: coros, tunas, bandas de guerra y grupos musicales. En mis calificaciones de kinder dice: “Le gusta cantar y actuar, llega con agrado a las actividades artísticas”.
En la universidad mi electiva en artes fue música, donde aprendí algo de solfeo. De ahí en adelante melómana empedernida, con algo de buen oído para la percusión antillana.
Esa audición cambió mi vida, es un antes y un después. Durante muchos años pertenecí al Taller de Ópera de la Universidad de Caldas (TOUC), y ahora hago parte de la Coral Brahms. Gracias a todos los maestros que he tenido en este proceso, no se imaginan lo que sus enseñanzas han hecho en mí.
En el TOUC resignifiqué la importancia del trabajo en equipo, pues las responsabilidades individuales relacionadas con puntualidad, asistencia, atención plena y estudio, entre otras, impactan los resultados del colectivo. El teatro, sí que fue liberador, me enseñó a ser aún más espontánea y auténtica. Y otro asunto aún más importante, encontré grandes amigos que acompañan mi camino, y un montón de gente bella que vibra en la misma sintonía.
Por otra parte la ciencia ha demostrado que cantar no solo mejora la capacidad respiratoria y cardio pulmonar, sino que activa el impulsor de la dopamina, liberando otras hormonas del bienestar como la oxitocina, disminuyendo los niveles de cortisol, y por ende el estrés.
Por todo lo anterior, cantar es una de las prioridades en mi vida. Como dice mi maestra Claudia Leguizamón: “Uno nunca vuelve a ser el mismo después de pisar un escenario”. Hacer arte es como tener un hijo, lo entiende el que lo vive. Y como dice el ejercicio de calentamiento: “Canto, canto para ser feliz”. ¡Por más arte en las vidas de todos!