No suelo homenajear a ningún profesional en su día, pues considero que todos los oficios o profesiones son igualmente importantes. Pero por la democracia hoy exalto la loable labor de los periodistas, quienes conmemoraron su día el 9 de febrero; pues en esa fecha de 1871, Manuel Del Socorro Rodríguez publicó el primer medio impreso de Colombia con la primera edición de ‘El Papel Periódico de la Ciudad de Santafé de Bogotá’.
 Hice parte 25 años de esta casa editorial y viví de cerca la entrega y pasión de mis compañeros por informar, denunciar e investigar. Y en esta era, donde la desinformación es la constante, eso hace que ejercer este oficio sea todos los días más retador. Las redes sociales hacen lo suyo, pero también juegan de su lado cuando la libertad de prensa pretende ser coartada.
 Según la organización Reporteros Sin Fronteras, Colombia ocupa el preocupante puesto 145 entre 180 (siendo este el peor) a nivel mundial; lo que implica que sigue siendo uno de los países donde es más difícil y riesgoso ejercer el periodismo, principalmente si el cubrimiento tiene que ver con medio ambiente, conflicto armado, o corrupción, entre otros; pues los periodistas están expuestos al acoso, la intimidación y la violencia. Puede ver el informe completo en: https://rsf.org/es/pais/colombia
 Colombia es el segundo país de América con más periodistas asesinados después de México. ¿Qué tal que la Constitución del 91 no garantizara la libertad de expresión y de información? Lo más grave es que acá los primeros que la infringen son los gobernantes de turno o los funcionarios públicos, porque como el periodismo los incomoda y es la piedra en el zapato que les talla, terminan asumiendo posiciones irrespetuosas que pretenden desacreditar y estigmatizar a la prensa por sus denuncias. Esas son otras formas de acoso y violencia (generalmente en redes sociales) o cuando manipulan la pauta publicitaria comprando silencio y complicidad. ¡Censura pura y dura!
  Esta penosa realidad, aplica para todos los gobiernos de izquierda, derecha o centro. Basta ver la posición del presidente Petro en su cuenta de Twitter sembrando dudas respecto al ejercicio de
nueve medios de comunicación, coartando así la libertad de expresión, o la del expresidente Duque por los perfilamientos del ejército a periodistas, entre otras. Ambos casos fueron denunciados en comunicados por La Fundación Para la Libertad de Prensa (FLIP) - los encuentran en sus redes sociales -. Y ni qué decir de la posición del gobierno local para con este medio, sobre todo en época electoral.
 La FLIP en la quinta edición de ‘Páginas para la libertad de expresión’ evidencia el incremento de la violencia contra la prensa en los últimos tres años. Estas son las cifras:
● Incremento de amenazas en un 43%.
● 5 periodistas asesinados por la razón de su oficio.
●  Más de 111 hostigamientos a la prensa en todo el territorio.
● 14 reporteros desplazados forzosamente para proteger sus vidas.
● 16 periodistas obligados a salir del país, 4 con denuncias formales ante las autoridades, sin respuesta.
●  218 periodistas víctimas de agresión solo en el 2022, cifra sin precedentes.
 Por todo lo complejo de este oficio, donde hasta la vida se entrega, como lo hizo Orlando Sierra hace 21 años, mi homenaje el día de hoy es para los periodistas que hacen su trabajo con el rigor que se requiere. Admiración total y gratitud desde el corazón. ¿Qué sería de la democracia sin el periodismo?