La típica salida: Gracias por todo, te echamos por nada. La carta formato de despedida, en todos los clubes, por la ausencia de resultados. En nuestro lenguaje, les dieron "el ácido" a los descartados del Once Caldas …Ha sido un placer.
En las crisis, la renovación razonada o los saltos al vacío, las revanchas, la depuración de plantilla con salidas sin llegadas, los golpes de opinión, o la huida de las responsabilidades.
La forma predilecta de los directivos: apagar un incendio a escobazos, sin estrategias garantizadas. Aunque los descartados, a excepción de Torijano, hacen el curso acelerado, por su poco aporte, hacia el retiro.
La cuerda rota por el lado más débil. El técnico, Sarmiento, otra víctima de la tiranía de los números, no tuvo nómina y sin ella, imposible le resultó cumplir los objetivos exigidos, distintos a aquellos para los cuales lo contrataron. La misma suerte correrán quienes lo sucedan, porque sin futbolistas no hay fútbol y sin fútbol no hay rendimiento ni buenos resultados.
Los hinchas pasaron de la euforia al abonarse, al descontento, al nerviosismo por la posición en la tabla, al rechazo tras una nueva eliminación, con futuro incierto por la ausencia de planes estratégicos desde la dirigencia.
No se ve claro cómo salir de la zona del desastre, con un punto de inflexión que albergue la esperanza. Son demasiados descalabros, por la equivocada orientación, el mediocre manejo del mercado de fichajes y la falta de visión en el proyecto deportivo, enjaulado en la equivocada toma de decisiones.
Dicientes los números que publicó LA PATRIA: 229 jugadores, 13 técnicos, en 11 años de gestión de los actuales propietarios, con promesas no cumplidas de equipos cualificados, ciudadelas deportivas y un nuevo estadio.
Es la propensión a controlar sin innovar, sin arriesgar, con unas condiciones de trabajo sujetas al miedo por las formas de manejo empleadas. El mando militar no cabe en "los mundos del fútbol".
Es el presente del Once Caldas, a meses de los 20 años del título de Copa, alejado del éxito y en un mar picado por los desengaños.
No hay inversión, no hay jugadores con clase, no hay idea ni estructura en el proyecto, hay conformismo frente a los jugadores y, en algunos casos, indiferencia frente a la agonía en las tablas.
Hace años se desterró la autocrítica, no de otra manera se explica que en el desplome los dirigentes ni se despeinan. Dicen que los dictadores no escuchan y buscan las razones de lo ocurrido en otros lados, con otros culpables.
En modo despidos, la única manera de recuperar la confianza de los aficionados y de creer que algo positivo se "cocina", por fin, desde los escritorios, tras bastidores, es moviendo el mercado de fichajes, con el tiempo y las gestiones requeridas.
Sin dejar pasar las semanas, para contratar cuando esté en curso la competencia. Con el visto bueno de los entrenadores, diseñando planes para el futuro, que fortalezcan el proyecto deportivo, que eviten las relaciones conflictivas y otro u otros descalabros.
P.D.: Lo dice Novo Fútbol: El Once Caldas, el cuarto club más vendedor del fútbol colombiano. Transfirió 8 futbolistas con un ingreso bruto de 16.2 millones de dólares. ¿Y la reinversión?