La leyenda. Mi futbolista favorito. El fabricante de goles inverosímiles, de emociones extraordinarias, figura icónica de canchas y estadios.
 
Pelé, tres veces campeón mundial, en cuatro participaciones, el mejor atleta del siglo 20, el más grande futbolista de la historia, el arte hecho pelota.
 
El mito, el atleta de faenas increíbles y deliciosas. Héroe de otras generaciones. Inspiración.
 
Compararlo, en paralelos pasionales con figuras de renombre equivale a confundir los tiempos. A irrespetar las calidades. Cada quien en su mundo…Y cada quien en el mundo que vive o que vivió.
 
El astro del talento y no del marketing con sus afectos gaseosos. Elogiado y no adulado. Su atractivo central estaba en el manejo del balón, en la influencia de sus triunfos, de sus goles, en la habilidad con sus piernas, su cabeceo impecable, con Brasil, con el Santos y con el Metro Star de Nueva York.
 
Nunca dios, ni excéntrica vedette, ni héroe banal, nunca dispuesto a destruir su vida desde un turbio mundo interior…Incapaz de rebasar la línea roja hacia su autodestrucción.
 
Ni mordaz, ni agresivo, ni sarcástico, ni explosivo.
 
Perduran de él recuerdos inolvidables. Sus goles de adolescente en el mundial de Suecia, deslumbraron por su magia, cuando su psicólogo decía que no sabía competir.
 
Su torso desnudo, en el acto mayor de su carrera, en México, con su tercera copa, paseado a hombros en el césped del estadio Azteca. Exultante, en el esplendor del campeón.
 
Su “escape a la victoria” la película con reparto fabuloso al lado de Stallone, Ardiles y Michel Caine que evocaba la vergüenza de la guerra mundial, alrededor de una huida y un balón.
 
Su gol que no fue gol, de espléndida elaboración ante Uruguay, porque la pelota no quiso entrar. El gol mil al argentino Andrada de Vasco Da gama. Su llanto desconsolado por su hijo Edinho, guardameta del Santos, en prisión porque lo defraudó.
 
La noche que “expulsó” al árbitro, el chato Velásquez, en correría por Colombia, minutos después de que el juez central, agredido por sus compañeros del Santos, lo expulsara a él.
 
Que difícil la tarea de resumir su vida. El rey del juego, del balón y  de las taquillas. El enemigo feroz del aburrimiento en los estadios. El futbolista que honró el fútbol con la ventaja de su técnica maravillosa.
 
PD: si me permiten la egocéntrica evocación, lo entrevisté, privilegio que Dios me dio. De paso te comparto el último trabajo en video que como evocación realicé en el Canal VIP.tv.

Esteban Jaramillo entrevistando a Pelé