Se van a cumplir treinta años desde que nació el concepto que ha revolucionado las estrategias empresariales a nivel mundial. El concepto de Triple Bottom Line (TBL), o Triple balance de resultados, fue creado por el británico John Elkington, quien desarrolló un nuevo planteamiento sobre cómo abordar desde el sector empresarial los retos que tiene nuestra sociedad. John Elkington es escritor y consultor de diferentes organizaciones y fue uno de los pioneros en simplificar el concepto de sostenibilidad empresarial, impulsando a que miles de compañías estuvieran en consonancia con esta idea.
La palabra sostenibilidad, por lo general, se relaciona con el impacto ambiental. Sin embargo, este concepto tiene un mayor alcance, el cual está relacionado con la subsistencia de la organización a largo plazo, cubriendo no solo aspectos ambientales, sino también sociales y económicos.
Antes, en la presentación de reportes de resultados anuales, las compañías enfocaban su desempeño en el componente financiero principalmente. No obstante, el planteamiento de Elkington ha ganado relevancia en sectores como la energía, los alimentos y la manufactura, motivando una visión más integral de los negocios.
Este cambio de paradigma ha sido adoptado por varias empresas de manera genuina, pero algunas presumen estar alineadas con el concepto sin realmente aplicarlo; el termino green washing, por ejemplo, nace de las empresas que aparentan ser amigables con el medio ambiente. Mas las empresas que sí adoptaron el TBL de manera consciente han formulado una estrategia empresarial con objetivos de largo alcance, adaptándose a las vicisitudes y cambios que tiene el mundo de los negocios.
El concepto es revolucionario desde la perspectiva humanista, ya que al poner a las personas como el eje central en el desarrollo de la estrategia, gana relevancia el bienestar y crecimiento de quienes aportan con sus ideas y tiempo a la construcción de la organización. Las empresas las hacen las personas. En consecuencia, algunas escuelas de negocios encuentran en este concepto un propósito educativo para que las personas puedan afrontar con mayores herramientas los retos que tiene nuestra sociedad.
Es el caso de Westfield Business School, escuela de negocios que está sembrando la semilla del TBL en miles de estudiantes para que tengan la óptica de Elkington en sus decisiones de negocios. Los seres humanos tenemos la capacidad de cambiar el futuro; cada individuo, desde el liderazgo, puede aportar nuevas maneras de transformarlo.
Esta metodología también incentiva la creatividad y la innovación, pues abre la posibilidad de proyectar y ejecutar actividades con propósitos comunes. Al poner a las personas en el centro, la empresa se enfoca en conocer mejor al consumidor, aprende a identificar sus necesidades y las satisface; mejorando así su calidad de vida. La variable social también define cómo la empresa se relaciona con los empleados y con sus proveedores.
Por último, desde lo ambiental las empresas deben identificar cómo ser más eficientes con el uso de recursos en sus procesos de producción o de prestación de servicios. Más allá del análisis de la causa raíz del cambio climático, el cual es una realidad y estamos viviendo de manera exacerbada este verano con las mayores temperaturas registradas en el planeta, es tarea de todos dar un uso responsable a los recursos naturales, ya que estos serán cada vez más escasos al ritmo de consumo actual.
Elkington abrió un nuevo debate sobre el concepto de sostenibilidad, el cual ha sido adoptado con la finalidad de mejorar la calidad de vida de los seres humanos y su relación con el medio ambiente. Tanto así que la implementación de las ideas que sostienen este concepto ya son parte de los nuevos esquemas de administración.