Fanny Bernal Orozco * [email protected]

 

Algunos autores, entre ellos Nathaniel Branden, coinciden en afirmar que la autoestima está relacionada con vivir una vida significativa, con calidad y asertividad, con cultivar el autorespeto, el amor propio, los diálogos internos positivos, entre otros; actitudes estas, que se ven reflejadas en las relaciones que se tejen consigo mismo y con el entorno.

Una persona con una adecuada autoestima, sabe con claridad cuáles son sus potencialidades, capacidades y valores; además los pone a su servicio de manera efectiva. No obstante sabe, con claridad, acerca de sus limitaciones, qué aspectos debe fortalecer y trabaja en ellos, sin que esto sea motivo de agobio, más bien es un asunto que atiende de forma responsable.

Sin embargo, la autoestima en nuestra sociedad, es un asunto que genera estrés y ansiedad, debido a la cantidad de presiones con las que viven muchos seres humanos. Existen unas constantes que provocan afectaciones negativas en la salud mental y son los mandatos sociales y publicitarios, la sociedad de consumo, que prácticamente obligan a hombres y mujeres a ser bellos, a tener y mantener ciertas medidas, a parecerse a algunos personajes que hacen parte de la farándula o que se conocen a través de las redes.

Se sufre por competir, por mostrar, por exponerse, triste actitud que genera estrés y ansiedad y en ocasiones tristeza e irritabilidad. Adolescentes y adultos, hombres y mujeres, no tienen sosiego en su vida cotidiana. Observan y se asoman al mundo de otras personas y quieren emularlas, aunque pongan en riesgo tanto su salud física como la emocional.

Hay quienes hacen lo que sea para pasar por un quirófano, con tal de obtener el anhelado sueño de sentirse bellos y de provocar el reconocimiento de los demás. Esta ‘autoestima’ se valora, entonces, mediante la cantidad de likes y el número de seguidores, en un mundo que se caracteriza por lo superficial, lo vano y lo efímero

Y aunque estas acciones, por un tiempo suben la autoestima, es necesario prestarle atención al cómo se sienten y expresan las emociones, cómo se asumen los valores, las creencias, los hábitos, las relaciones y, de manera especial, hay que aprender a cultivar el mundo interior; así que no basta con ser bien dotados y hermosos y con recibir la aprobación de los demás. Hay, además, unas responsabilidades que asumir para sentir bienestar emocional y mental y para poder estar bien consigo mismos.

 

* Psicóloga - Docente titular de la Universidad de Manizales.

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