Fanny Bernal Orozco * [email protected]

 

- ¿Se ha dado cuenta qué presiones ejerce sobre su familia o pareja?

- ¿Ha pensado qué daño hace a otros con su actitud?

- ¿Sus presiones a otros, se han convertido en chantajes emocionales?

- ¿Ha tenido que asumir comportamientos que no le gustan por satisfacer otra persona?

- ¿En su trabajo se vale de su cargo para chantajear a otros?

- ¿Ha sentido su autoestima afectada por amenazas que le han alterado su salud física y emocional?

- ¿Ha tenido que buscar apoyo para afrontar alguna situación?

Vivimos en una sociedad en la cual, el chantaje y el acoso hacen parte de las noticias diarias. Personas que amedrentan a otras por diversas razones y que las llevan a vivir un verdadero calvario, se dan en todos los ámbitos: en el familiar, el laboral, escolar o universitario.

Testimonio: Una pareja se está separando. Ella le dice al esposo:

- "Si quieres ver a los niños, tienes que seguir viviendo en esta casa. Recuerda muy bien que si pides ayuda en alguna oficina, nadie le va a dar crédito a lo que digas, porque es a las mujeres a las que siempre nos creen".

El miedo, el dolor, la culpa, el desasosiego y la soledad forman parte de la urdimbre, a través de la cual, se teje el chantaje. Cualquiera de estas emociones origina inseguridad, tristeza, ansiedad, de la que se vale -quien chantajea- para maquinar sus planes.

Testimonio: "Cuando llegué a la empresa pasé con altas calificaciones las pruebas que me practicaron, por lo tanto estaba seguro de que todo marcharía bien. Sin embargo, antes de cumplir los cuatro meses el jefe comenzó a llamarme la atención por cosas insignificantes. Luego me exigió que tenía que trabajar dos horas más y con el dedo me señalaba y decía: Tenga para mañana los informes listos, piense en sus hijos".

Detrás de un chantajista hombre o mujer, se encuentra alguien con poca confianza en sí mismo, con miedo, con frustraciones, con baja autoestima. Estas personas son arrogantes, soberbias y usan su poder para recibir reconocimiento, para hacerse notar y, de manera equivocada, consideran que la amenaza, la burla, la crítica, la manipulación, la humillación o el castigo, son las mejores maneras para lograr el control y conseguir sus propósitos.

Es necesario aprender a poner límites, a decir no, a hablar con claridad desde el principio, ya que lo que puede haber comenzado muy tímidamente, poco a poco se convierte en una pesadilla para quien está siendo víctima de chantaje emocional.

Es fundamental asumir con responsabilidad nuestra salud mental

 

* Psicóloga - Docente titular de la Universidad de Manizales.

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