Fanny Bernal Orozco * [email protected]
La educación emocional tiene como objetivo el desarrollo de competencias y habilidades, que ayudan a los seres humanos a sentirse satisfechos y felices y a lograr un buen vivir. La enseñanza de la educación emocional debe darse desde los primeros años de vida, no solo a partir del ejemplo de padres, madres y o cuidadores principales; esto es también responsabilidad de los educadores en las aulas escolares, como parte de los currículos, más aún si se tiene en cuenta que la salud mental debe cuidarse desde edades tempranas.
Teniendo en cuenta lo anterior, los postulados del doctor Goleman (1990) y Bisquerra (2000), están enfocados hacia el conocimiento y desarrollo de la inteligencia emocional y a su uso como herramienta, para generar bienestar psicológico y calidad de vida.
Cuando un ser humano aprende a identificar cuáles son los recursos que posee para ayudarse en momentos de dificultades y conflictos y sabe además que requiere aprender y construir desde sus necesidades y capacidades, puede adaptarse con más facilidad y desenvoltura, a las demandas del mundo que le rodea.
Autores como Martín Seligman y Chris Peterson (2000) en sus investigaciones denominan psicología positiva al poseer o desarrollar fortalezas y virtudes, que ayudan a las personas a alcanzar bienestar en su cotidianeidad y a mejorar las diferentes relaciones que tejen a lo largo de sus vidas. Ellos identifican las siguientes categorías: Sabiduría y conocimiento, moderación y trascendencia, justicia, humanidad y coraje. Y en ellas agrupan 24 fortalezas entre las que se encuentran la esperanza, la honestidad, la curiosidad, la generosidad, la humildad, el autocontrol, la regulación emocional y la inteligencia intra e interpersonal.
En encuentros grupales en los que se habla de los equipajes emocionales, es frecuente percibir entre los asistentes que la rabia, el resentimiento, la culpa, los celos y la envidia que sienten, pesan tanto, que en sus equipajes emocionales aumentan considerablemente el nivel de estrés y de ansiedad.
Así las cosas, los aprendizajes que se logran a partir del autoconocimiento y la conciencia emocional, son un puente para cruzar en el camino del crecimiento, el bienestar psicológico y la salud mental y emocional.
* Psicóloga - Docente titular de la Universidad de Manizales.
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