Fanny Bernal Orozco * [email protected]

 

Con frecuencia esta frase es utilizada por muchas personas para excusar o evadir responsabilidades frente a algún comportamiento o actitud, que haya dado origen a conflictos, discusiones, separaciones e inclusive a hechos traumáticos que ocasionan dolor y sufrimiento.

Hay gente experta en usar estas palabras. Jamás se responsabilizan de nada y no les importa lo que otros sienten, lo que de verdad les interesa, es quedar bien ellos, esquivando responsabilidades y las consecuencias.

Un hombre respondió al preguntarle por su actitud de maltrato a su expareja, que él sabía exactamente qué decir cuando lo citaban de las Comisarías de Familia y, en forma burlona, una de aquellas veces afirmó: "Ya he sido citado cuatro veces y hasta ahora, ni siquiera me han llamado la atención por el maltrato. Yo siempre digo que soy muy impulsivo y que son solo ‘errores humanos’".

Hay que tener en cuenta que esos numerosos ‘errores humanos’ dan origen a estados de ansiedad y de estrés, cada vez más comunes, cuando se afecta la salud mental de las personas involucradas. Además que el maltrato crece día a día y por supuesto se aumenta, ante la indiferencia de las autoridades competentes.

Una joven comentaba, luego de salir de una reunión de Conciliación, que se había sentido maltratada otra vez por el hombre que era el padre de su hijo, quién cada que podía la agredía de palabra, se burlaba de su cuerpo y la amenazaba con quitarle el niño.

En el citado encuentro, él le pidió perdón y dijo que estaba arrepentido por todo lo que le había hecho y que esos comportamientos eran ‘errores humanos’, ante lo cual las profesionales encargadas de dijeron a la joven afectada, que escuchara muy bien las palabras que él estaba pronunciando, pues -según ellas- se le oía sincero y que lo que debía de hacer entonces, era retirar la demanda.

Vemos varias situaciones para analizar de estas historias: Un primer contexto a tener en cuenta, es que, quienes trabajan con estos asuntos, deben ser personas preparadas tanto en la resolución de conflictos, como en la compresión de los problemas de pareja y familiares. Esto quiere decir que no basta con conocer la ley, hay que saber de emociones para poner en práctica no solo la norma, sino también la asertividad a partir de escuchar de manera respetuosa.

Por otra parte, se hace necesario aprender y entender que el perdón es un asunto muy delicado y este no se logra de manera mecánica, ni por decreto, esos sí que son ‘errores humanos’.


* Psicóloga - Docente titular de la Universidad de Manizales.

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