Fanny Bernal Orozco * [email protected]

 

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud mental como: ‘Un estado de bienestar que permite a las personas, hacer frente a los momentos de estrés de la vida, desarrollar todas sus habilidades, poder aprender y trabajar adecuadamente y contribuir a la mejora de su comunidad. Es parte fundamental de la salud y el bienestar que sustenta nuestras capacidades individuales y colectivas para tomar decisiones, establecer relaciones y dar forma al mundo en el que vivimos’.

Hay que leer esta definición pausadamente para darse cuenta de que, al observar las realidades cotidianas, encontramos una gran distancia entre lo que está escrito allí y lo que pasa con frecuencia en la vida de algunas personas, más aún, cuando se habla de las relaciones intrafamiliares.

Entre otras cosas, habría que empezar por decir que en el momento presente, la principal causante de muchas soledades y silencios es la tecnología. Esta ha desplazado las conversaciones, las interacciones y sin hablar, sin escuchar, sin disponerse para el desahogo emocional o la escucha del otro de manera respetuosa, difícilmente habrá encuentros dónde surjan las palabras y la confianza para manifestar los miedos, las rabias, los resentimientos o las penas.

Hacer parte de una familia, implica responsabilidades afectivas, cordiales, económicas, educativas, respetuosas y domésticas y una muy especial, el brindar el mejor ejemplo. Veamos aquí algunas tareas para fomentar la salud mental en las relaciones familiares:

 

- Generar confianza y empatía, pilares esenciales para afrontar situaciones que requieran apoyo emocional.

- Aprender a poner reglas y límites claros que ayuden a la convivencia, tanto en lo domestico, como en otros escenarios familiares y sociales.

- Tener tiempo respetuoso para escuchar y atender las preguntas, quejas u otras demandas de los integrantes de la familia.

- Valorar los logros e incentivar el desarrollo de habilidades y destrezas individuales, que ayuden al otro a sentirse mejor y a elevar su autoestima.

- Prestar especial atención a los cambios en los estados de ánimo. Mantener una actitud de observación, ayuda a hacer prevención.

- Fomentar encuentros que fortalezcan las relaciones y la comunicación entre la familia.

- Incentivar el desarrollo de factores protectores de la salud mental, a través del deporte, la lectura, el arte; así como realizar caminatas en las cuales también participen vecinos o amigos.

- Leer y aprender sobre recursos de afrontamiento adecuados para asumir en los momentos de vicisitud.

- Aprender a tramitar los conflictos, de tal manera, que todos ganen y se hable de los aprendizajes que esto genera.

 

Cultivar y mantener relaciones familiares que ayuden a mantener una mejor salud mental es tarea de todos.

 

* Psicóloga - Docente titular de la Universidad de Manizales.

www.fannybernalorozco.com