Fernando-Alonso Ramírez

Periodista y abogado, con 30 años de experiencia en La Patria, donde se desempeña como editor de Noticias. Presidió el Consejo Directivo de la Fundación para la Libertad de Prensa en Colombia (Flip). Profesor universitario. Autor del libro Cogito, ergo ¡Pum!

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Así como lo leen, hoy les escribo de dos libros que tratan de dos momentos clave de la Segunda Guerra Mundial: uno referido a noviembre de 1942 (un mes) y de ocho días de mayo de 1945 (y una semana).

Mientras leía estos libros, mi esposa me preguntó qué podía encontrar nuevo de esa época oscura de la historia de la humanidad, pues he leído mucho sobre ese periodo y ni hablar de los documentales, películas y series que he visto. Lo curioso es que a pesar de ser una de las épocas más narradas, de las que se ha escrito casi todo, siempre se encuentra algo nuevo de lo cual se puede aprender.

Noviembre 1942 es una obra del historiador y miembro de la Academia Sueca Peter Englund. El subtítulo nos aclara un poco más: Una historia íntima del momento decisivo de la Segunda Guerra Mundial. Me llamó la atención este texto de entrada porque siempre hemos simplificado que fue el desembarco de Normandía el que dio vuelta de tuerca a la Guerra y puso a los alemanes a replegarse, pero este texto nos plantea que eso empezó por lo menos 18 meses antes.

Lo mejor de este libro es que se alimenta de los diarios de protagonistas de la guerra, desde un ama de casa en Nueva York que va contando cómo escasean los productos básicos en su país, hasta de soldados que estuvieron en la línea de frente en Rusia, en Asia, en África o Europa. También están voces de entusiastas jóvenes opositores, hasta que fueron asesinados por el régimen de Hitler.

Por supuesto, toma en cuenta a periodistas que asistieron a la guerra, de un lado y del otro, bien como propagandistas, ya como militantes de una causa o simplemente como lo que debía ser, narradores del momento. El libro ofrece también la perspectiva de los vencidos, algo que no siempre se tiene en cuenta y nos da perspectiva, como qué era lo que hacía que siguieran a pie juntillas a Hitler.

Volker Ullrich, periodista alemán, por su parte, nos habla De la muerte de Hitler al final del Tercer Reich, en Ocho días de mayo. Intenta reconstruir lo que sucedió del primero al 8 de ese mes de 1945, después de la muerte por suicidio de Hitler y de Eva Braun, que se dio el 30 de abril. Esa decisión impidió que pagaran por sus crímenes y por eso terminaron con sus vidas en el búnker de Berlín.

Es interesante ver las tensiones de los vencedores para definir los pasos que seguirían, así como de los vencidos, que intentaban de alguna manera algunos librar responsabilidades, otros asumir roles que les fueron negados durante la hegemonía alemana y también ver cómo la figura del Führer se fue deteriorando hasta casi volverse una caricatura para la mayoría de los alemanes, la misma mayoría que antes lo había endiosado.

El autor nos va contando paso a paso lo que sucedió en esos días, lo que decían los diarios y las cosas que se vinieron a saber después, pero lo más importante es que pone los datos en contexto. Nos habla de algo que sucede hoy, pero cuál es el antecedente de ello, lo que brinda un panorama más completo que si se tratara de un diario.

La hambruna sigue siendo el común denominador en las guerras. Al principio la padecieron polacos, rusos, coreanos, judíos y al final, japoneses y alemanes. Las imágenes que traen ambos textos sobre este aspecto nos debe ayudar a reflexionar sobre lo que está pasando justamente en el mundo en este 2024, cuando aún hay quienes que insisten en que la mejor forma de solucionar los problemas es con la violencia.

Leer para entender que hay otras salidas, por eso léanlo y #HablemosDeLibros, mientras vemos como cada día se aproxima una gran nuevo conflicto mundial.

Subrayados

8 días de mayo

  • El deseo de humillar a los vencidos adueñándose de sus mujeres fue avivado en último término también por la insultante superioridad con la que no pocos alemanes se enfrentaron a las fuerzas de ocupación incluso en el momento de la derrota.
  • Los Aliados occidentales pudieron comprobar por primera vez lo difíciles que iban a resultar las negociaciones que aún tendrían que mantener con sus socios soviéticos.
  • Pasaría todavía mucho tiempo hasta que la democracia reimplantada bajo la los dictados de los estadounidenses, los británicos y los franceses arraigara en en la población de las zonas occidentales.

Noviembre 1942

  • Leningrado (...) ¿puede haber un lugar peor y una época peor en los que haber nacido que esta ciudad a comienzos del siglo XX?
  • Con cobardía, brutalidad, actos heroicos y muerte, muerte aleatorio, como es la muerte la mayoría de las veces en el campo de batalla.
  • En cierto modo esto es la definición de lo que es una guerra mundial, un conflicto con una masa viva tan grande, y tan similar a un alud en su forma de crecer, que lo retuerce todo, lo redefine todo, acaba con todo y lo arrastra todo consigo.
Noviembre 1942 y Ocho días de mayo