Fernando-Alonso Ramírez

Periodista y abogado, con 30 años de experiencia en La Patria, donde se desempeña como editor de Noticias. Presidió el Consejo Directivo de la Fundación para la Libertad de Prensa en Colombia (Flip). Profesor universitario. Autor del libro Cogito, ergo ¡Pum!

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1991. La Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) se descompone. Las naciones sometidas hasta entonces a una rusificación obligada se enfrentan a situaciones novedosas por cuenta de la supuesta autonomía que empiezan a disfrutar, pero todo anda de cabeza, sobre todo las identidades nacionales y las fronteras, que se vuelven difusas y confusas.

¿Por qué reimprimir este libro de la periodista Anne Applebaum despúes de 30 años? Como si no pareciera ya suficiente despropósito la reimpresión de un libro viejo, la autora toma la decisión consciente de no actualizar ningún dato, de no reescribirlo con lo mucho que ha pasado en esas fronteras desde entonces.

Sin embargo, los lectores verán que Entre este y oeste - Un viaje por las fronteras de Europa no se trata sólo de la idea de aprovechar el éxito alcanzado por Applebaum con El ocaso de la democracia para aprovechar su buena estrella y vender este texto que tiene todo que ver con el conflicto al que se enfrentan hoy Ucrania y Rusia. No, aquí se podrá ver cómo los temores de burócratas, de ciudadanos, algunos de estos nacionalistas, se han confirmado en buena parte en muchos de esos lugares que la autora recorrió como novel periodista con la idea de registrar el cambio más importante de las fronteras en el siglo XX después de la Segunda Guerra Mundial.

Es momento para reflexionar sobre un tema que repito mucho, no siempre con buena recepción en quienes me escuchan. El periodismo es mucho más importante de lo que a tanto poderoso le gusta reconocer o incluso que propios colegas que lo ejercen como una cuestión simplemente de técnica.

Que una crónicas de viaje que describen lo que sucedía allende de Moscú o de la Europa occidental, según la perspectiva, se lea hoy 30 años después y se puedan ver lo que eran alertas entonces para en el tiempo entender que se cumplieron varios de los vaticinios demuestra que cuando este oficio se hace bien hecho, se asume como una oportunidad para explicar el presente u cómo este incide en el futuro logra demostrarse su valía.

El mundo que recorrió la autora en ese otoño desde el Báltico hasta el Mar Negro, cuando pasó por Lituania, Bielorrusia, los Cárpatos y Ucrania, para tratar de entender y ayudarnos a ver ese momento y esos lugares cambiantes, ya no existe. Ahí están los lugares, para los entendimientos políticos son diferentes. Desde ciudades que se creían países, hasta lugares que nadie quería como suyos. Unos queriendo construir una identidad nacional y otros pensando en que la rusificación era la única posibilidad. Lugares que fueron creados desde cero con la inserción de ciudadanos traídos de otros lados, hasta sitios en donde nunca nada cambió.

Mientras la periodista atestigua lo sucedido en el pasado, en ese presente y aventura el futuro, también va dando cuenta de la búsqueda de una identidad, como descendiente de polacos que era, aunque ella fuera estadounidense.

Este viaje es memoria pura, un relato que nos ayuda a entender por qué los conflictos en esta región parecen no cesar y por qué las explicaciones que se buscan para comprender cómo hay personas, líderes, que siguen pensado que conquistar tierra es poder, aún en el siglo XXI.

Leánlo para entender de geopolítica, de historia, de guerras, de identidades y para que, por supuesto, #HablemosDeLibros.

Subrayados

* En lugar de uniformidad, las sucesivas oleadas de invasiones crearon extraños híbridos.

* Entre 1939 y 1945 , la guerra pasó tres veces tanto por Lituania como por las kresy polacas, Bielorrusia occidental y Ucrania occidental. Desaparecieron aldeas enteras envueltas en llamas. .

* Stalin esperaba destruir cualquier esperanza de soberanía para los ucranianos.

* Pedro el Grande construyó San Petersburgo para empujar a Rusia hacia Europa (…), Stalin levantó Kaliningrado para borrar el recuerdo de Alemania.

* Canadá era mayor que Estados Unidos. ¿Significaba eso que también era más poderoso? A ellos les habían enseñado que tamaño era poder...

 

Por las fronteras de un mundo cambiante