Comienza el fin de otro año. Es uno más que vivimos y uno menos que tenemos por vivir. Y se va con no pocas situaciones que han sido marcantes en el día a día de la sociedad y de nuestra vida. Nos enfrentamos a la realidad cruda de un mundo en ebullición, en el que todos los días nos encontramos con algo nuevo, que de manera directa o indirecta nos afecta o nos impacta. No estamos solos en este mundo. Hacemos parte de una especie, la humana, que globalizada ha progresado en muchos aspectos, no siempre para bien, muchas veces para mal.
La mayoría de las personas creen que nada de lo que pasa los afecta, cuando la verdad, nos afecta todo lo que pasa. Nos afecta directa o indirectamente; superficial o profundamente; sin daños o con alteraciones de nuestra vida y nuestro cotidiano, que pueden ser marcantes en nuestro devenir, en lo que tenemos que vivir, en lo que vamos a experimentar de ahora en adelante.
Para pocos es importante, cuando debe serlo para todos en un mundo en el que ya nadie puede vivir desconectado de la realidad que tenemos, llena de posibilidades de que otros alteren el curso de la vida de muchos, sin que seamos excepción. Las nuevas tecnologías, el desarrollo vertiginoso que tiene la IA (Inteligencia Artificial) y la progresiva capacidad de manipular, la vida ajena con todos sus datos y sus más elementales formas de actuar en la rutina diaria, nos ponen en situación de peligro ante la capacidad que tienen empresas y personas sin escrúpulos, pero con técnicas para violar datos e intimidades, sin que nos demos por enterado, expuestos al uso indebido de los que manipulan la información, hacen de ella, para alterar todo, en cualquier arte y a cualquier hora. Los avances tecnológicos, que en esencia deberían servir para ayudar en una forma de vida más amigable y segura, se han convertido, por cuenta de inescrupulosos y delincuentes, en toda una fortaleza desde la cual pueden alterar la cotidianidad de los otros, burlándolos, robándolos, atracándolos, expropiándoles su propiedad intelectual y material sin que la mayoría de las veces podamos hacer algo para evitarlo. Carecemos de la formación que hoy debería ser obligatoria para tener herramientas que nos protejan a nosotros, a nuestros conciudadanos, a nuestros vecinos, familiares y amigos, de la posibilidad de ser manipulados o estafados por aquellos que desde la oscuridad trabajan sin cesar para entrometerse en las vidas y actividades ajenas, con tanta facilidad que sorprende y con tanta impunidad que enardece. La privacidad es cosa del pasado. Ahora estamos expuestos a la utilización indebida de nuestros datos y nuestras acciones, por parte de los que tiene un concepto completamente errado de lo que es la transparencia y la decencia, el respeto a la vida privada, la no utilización de datos personales con el propósito delictivo y aberrante, de hacer público lo que no le importa a los otros, o de adueñarse de sus datos personales para quitarles sus pertenencias, su dinero, endeudarlos, hacerlos deudores de cosas a las que no tuvieron acceso, de manera que les esculcan su vidas, les quitan su sustento, los endeudan, les roban la honra y el buen nombre, los defraudan económicamente y hacen lo que les dé la gana con todo. Ese poder de manipulación y todos sus etcéteras, para completar la criminal acción de acceder ilegal y fraudulentamente a los datos de las otras personas.
Todos saben que existe, pero pocos hacen algo para protegerse de ellos. Y aunque parece imposible hacer algo para tomar medidas que eviten esos acontecimientos, la verdad es que tenemos a nuestra disposición herramientas tecnológicas que pueden bloquear de manera fácil, segura y confiable, con muy alto rango de seguridad (la seguridad total no existe), las maniobras de aquellos que desde el anonimato, hacen parte de redes sofisticadas, para aprovecharse de la situación de indefensión en que se encuentra la mayoría de la gente, que honesta, decente y buena, es ingenua y cree que a ellos nunca les pasará.
Las empresas que por internet manejan datos ajenos y personales, no tienen la menor preocupación por compartir en una meta base cibernética todo lo que conocen de las personas que ingenuamente les entregan información que no deberían guardar, ni utilizar inadecuadamente para con ello permitir hacerle daño moral, ético o económico a los otros. Para terminar el año, en mi última entrega de este 2023, escribiré un artículo con las herramientas que usted tiene a su alcance para defenderse. Por ahora les deseo a todos, conocidos o no, una feliz Navidad, llena de paz y tranquilidad con conciencia social y preocupación por los otros.