En el Gobierno de Petro todo escasea, salvo la mentira y la corrupción que campean a sus anchas. La gente, atónita, ve cómo día a día se nos desmorona el país y se pregunta qué nos van a devolver estos irresponsables activistas. Lo primero que escasea es la autoridad. Uno de los temas críticos, el orden público. Está claro que este Gobierno se propuso capturar y marchitar a la Fuerza Pública. Más del 30% del territorio es controlado por grupos criminales, en donde gobiernan. Ya desmontaron el servicio militar y han anunciado la cancelación del programa de sustitución de cultivos ilícitos. Todo hace parte de una estrategia definida y ejecutada.
Escasea la salud. Fueron capaces, y aún sin ley, de acabar con el sistema de salud. Primero lo asfixiaron, luego lo intervinieron y finalmente se apropiaron del sistema. Y ahora van a profundizar la crisis insistiendo en un proyecto que está orientado a estatizar lo que resta. Escasean las vacunas y los medicamentos neurológicos, psiquiátricos, oncológicos y muchos de enfermedades crónicas. Escasean la austeridad y la disciplina fiscal. Este Gobierno gasta a manos llenas y promete subsidios multimillonarios a todos los colectivos que anima en su inalterable programa de compra de apoyos y conciencias de cara a las elecciones de 2026. Como escasean los recursos del presupuesto y cae el recaudo, presentará una nueva reforma tributaria que terminará asfixiando definitivamente la economía.
También hay escaseces mentirosas como la del combustible para aviones, que se convirtió en la excusa para un contrato millonario que ya investiga la Contraloría. La que no es mentirosa, pero el Gobierno niega, es la escasez de gas. Enfrentaremos un inevitable desabastecimiento de gas. Se terminaron 45 años de autosuficiencia. También habrá escasez de petróleo. Primero por la fallida inversión con la Oxy. En segundo lugar, porque la mitad de las compañías ya cancelaron o aplazaron sus nuevas inversiones. Al cambio en la política y la transición energética galáctica del Gobierno se unen un incremento del 54% en los atentados a la infraestructura petrolera, los bloqueos y las vías de hecho. Y en cuanto al suministro de energía eléctrica, advierte el Contralor que 10 millones de colombianos pueden quedarse sin luz y se vislumbran una nueva escasez y la incapacidad para atender la demanda de energía en el inmediato futuro.
El paro de transporte es lo que faltaba para generar escasez en todos los sectores. Nada se escapó a esta parálisis cuyo referente no puede ser ninguno distinto a los paros promovidos por Petro y sus primeras líneas de cara a las elecciones de 2022. Todos hoy enquistados en el Gobierno y tomando de su propia medicina. Nos quedamos con pérdidas multimillonarias del paro y además con un déficit de $11,97 billones, resultado del acuerdo, que se sumará a los 40 billones de déficit presupuestal para 2025 que terminaremos pagando en la reforma tributaria.
En lo que sí no hay escasez es en la robadera y la corrupción a manos llenas que parece haberse apoderado del Estado.