En el solsticio de junio, comenzó este verano del hemisferio norte con el ciclo más cálido observado en Estados Unidos, China y Europa desde hace 174 años, cuando se iniciaron los registros. Por ejemplo, el pasado 16 de julio en el poblado Sanbao de la depresión de Turfán, en Xinjiang-China, la estación meteorológica midió 52,2° C (grados Celsius), valor que superó los extremos que han golpeado a Europa, donde se han alcanzado temperaturas de 46,3° C en Licata (Italia) y de 45,4° C en Figueres (España), e incluso en Las Vegas-Estados Unidos, donde se han registrado 45° C en el desierto de Nevada; pero que iguala lo mostrado por el termómetro en el Valle de la Muerte, marcando 53° C a la sombra y 62° C al sol.
Así como en China ya se anticipan máximas de hasta 45° C en la región parcialmente desértica de Xinjiang ubicada al nordeste, y 39° C en la región meridional de Guangxi; también, en Canadá los 49,5° C que por tercer día consecutivo registra la localidad de Lytton, 250 km al noreste de Vancouver, marcan un récord; en España las temperaturas suben a 38 y 42° C en amplias zonas de la Península Ibérica, e incluso a 42 y 44° C en Andalucía, Aragón, Cataluña y Mallorca; al tiempo que en Roma se marca un récord de 42° C, y que en Grecia los incendios forestales abaten la región montañosa del Parnés y la isla de Rodas, tras esta ola de calor que en Atenas registra 42° C y en la región central más de 44° C.
Según la Oficina de Administración Oceánica y Atmosférica NOAA de Estados Unidos, la temperatura global de la superficie del océano alcanzó por tercer mes consecutivo un récord a medida que las condiciones de El Niño se han venido consolidando, al tiempo que informa sobre más de 90 millones de personas que acaban de soportar olas de calor en ese país, alcanzando los 39,5° C y 51,6° C: es el caso de Phoenix (Arizona), donde los 43,3° C marcan un récord histórico de más de 20 días, de El Paso (Texas) con 35 días registrando mas de 37° C y máximas de 44° C. Además, los incendios forestales en los bosques canadienses de Alberta y Columbia Británica contaminan los cielos de New York, tras la peor temporada de su historia al contabilizar 110.000 kilómetros cuadrados de bosques que arden desde hace dos meses.
La ola de calor se debe entonces al Cambio Climático advertido por el Grupo Intergubernamental de Expertos (IPCC), como amenaza global que no solamente está afectando el Atlántico Norte donde la tasa de deshielo es mucho mayor por el “efecto albedo”, sino también al resto del planeta; y que se ha exacerbado con la fase cálida del ENSO como fenómeno natural que no es lo mismo, dado que el Cambio Climático se ha generado por factores antropogénicos como las emisiones de gases de invernadero. Pero ahora, ambos fenómenos interactuando podrían complicar la situación en Colombia durante los meses siguientes, cuando el fenómeno de El Niño -de alcanzarse la Fase Intensa-, detone violentos incendios forestales e intensas sequías sobre todo en diciembre/enero.
Según el IDEAM, aunque las variables atmosféricas se encuentran en el rango ENSO Neutral desde mediados de julio, las condiciones para transitar de un fenómeno de El Niño Débil a uno Moderado hacia agosto/septiembre se han fortalecido, razón por la cual se pronostica para el trimestre agosto/octubre de 2023 un déficit de precipitaciones del 10% al 20% respecto a los promedios históricos, afectando el norte de la región Caribe y la Región Andina, e incluso el Andén Pacífico, y parte de nuestra Orinoquía y Amazonía. Dicho déficit de lluvias que se extendería de noviembre/23 a enero/24 en La Guajira, Norte de Santander y Golfo de Urabá, debe invitar a los caldenses a considerar la vulnerabilidad del territorio sobre el Corredor del Cauca, por ser una región deforestada, sin acuíferos y con carencia de aguas. Y en cuanto a la temperatura, pronostica el IDEAM para el período agosto/23-enero/24 un aumento de 0.5 a 2.5° C respecto a los promedios históricos para gran parte del país.