Si se desea crear el Área Metropolitana, aunque los beneficios dependen de cómo sea administrado dicho instrumento creado para el desarrollo urbano integral en territorios de facto conurbados como el nuestro, pareciera necesario avanzar en una pedagógica popular donde se expresen las razones y beneficios de la integración en el Centro Sur de Caldas, para condicionar la decisión popular a la creación de una entidad administrativa que, además de propiciar economías de escala y la descentralización, garantice la sustentabilidad del territorio.
Los alcances de las áreas metropolitanas que se infieren de la Ley 1625 de 2013 por la forma de construir el poder al darle el mismo peso a las decisiones de cada ente municipal, brinda mayor capacidad política y administrativa a las regiones en los territorios conurbados sin perjuicio de la autonomía municipal, lo que permite que en lugar de concentrar la inversión en el municipio núcleo, se redistribuya la infraestructura social y productiva en el territorio, y que se extienda la conectividad y movilidad para generar más y mejores oportunidades en todo el territorio.
Así como la descentralización y la autonomía pueden cerrar brechas en el territorio, también una apuesta consensuada puede definir otros objetivos estratégicos, ya que la Ley al definir los “hechos metropolitanos” permite que estos le apunten a un desarrollo integral, más coherente, incluyente y equilibrado, máxime ahora que cambia el concepto de municipio núcleo o metrópoli, y se ajusta la definición de AM a criterios más amplios que el de una asociación de municipios. Entonces ¿qué deberíamos prevenir o garantizar?
Entre las ventajas del Área Metropolitana, tenemos: mayor capacidad para gestionar recursos de la nación, del catastro y de la plusvalía urbana; posibilidades de implementar programas sociales, ambientales y de crecimiento económico; desarrollo concertado de programas y proyectos de desarrollo rural y regional; fortalecimiento del turismo por la vía de la asociatividad intermunicipal; y mayor eficiencia en costos de producción y mercadeo de bienes y servicios, tras la consolidación de un sistema de transporte intermodal e integrado.
Como referente, si las diez mayores ciudades del planeta con solo 251 millones de habitantes -equivalentes al 3,15% de los 8000 millones del total mundial- concentran el 10% del PIB global, es porque los sistemas de ciudades son económicamente más eficientes. Así entonces, el Eje Cafetero debería apostarle a una Ciudad Región en el marco de una moderna revolución urbana, donde la clave debe partir de la integración de las Áreas Metropolitanas de Armenia, Manizales y Pereira como estrategia previa.
Entonces si las capitales del Eje Cafetero como sistema de ciudades, puede crecer, igualmente Villamaría podrá hacer más con el sector turístico de las aguas termales y del PNN de los Nevados porque en mayor proporción le pertenecen; Chinchiná y Palestina igualmente se beneficiarían con la plataforma logística de Aerocafé en su tercera fase; al igual que lo lograría Neira con su patrimonial arquitectura del bahareque como puerta del Paisaje Cultural Cafetero en la ruta a Salamina, sin el peaje que obstruyendo la movilidad afecta la vida rural.
Y si se puede extender el desarrollo agroindustrial del Km 41 a la vereda Cuba de Neira que comparte el acuífero de Santágueda en Planes, también se puede lograr que Villamaría resuelva su precaria conectividad vial con Manizales, y empiece a ejercer soberanía sobre el agua en el sector de la Florida. Y aunque Manizales y Villamaría sean urbanos y los tres municipios restantes rurales, el nuevo ordenamiento podrá y deberá apostarle al desarrollo rural de la subregión, sobre todo porque en el rural disperso como consecuencia de la brecha de productividad, los ingresos son cuatro veces inferiores a los urbanos de Manizales.
Adicionalmente creada el Área Metropolitana, aunque con Aerocafé como infraestructura estratégica para el bioturismo del PCC, Palestina consolidará múltiples beneficios, al tiempo que Chinchiná continuará realizando su protagonismo como núcleo del Centro de Investigaciones Cafetera; y con la integración también se podría lograr que a través del Sistema Integrado de Transporte suprarregional, Chinchiná como puente integrador de la ciudad región del Eje Cafetero y Palestina por estar igualmente ligado a los corredores férreos y viales del cañón del Cauca, se conviertan en el polo de desarrollo agroindustrial de la Subregión Centro Sur.