Dios nos creó como espíritus que toman cuerpo hace millones de años para evolucionar, paso a paso, del desamor al amor total.
Fuimos creados para trascender de una consciencia dormida a una consciencia despierta y amorosa.
Esa evolución se hace en una sola vida con varias etapas, igual que una carrera en varios semestres.
En cada encarnación aprendes y enseñas amor, o sea: entrega, perdón, respeto, tolerancia, generosidad y otras cualidades.
Antes de encarnar se elige un plan de vida con lo fundamental para aprender y enseñar. Lee El plan de tu alma.
Antes de venir elegiste padres, pareja, hijos, amigos, profesión, país y también cómo y cuándo vas a morir.
Acá eres libre para vivir todo con amor y sin amor, con fe o con dudas, con Dios o sin Dios.
Créelo y te será más fácil aceptar lo que vives y cambiar lo que puedas. Todo llega para tu bien.
En el libro de Job de la Biblia se lee: “Sométete a Dios y así tendrás paz y recogerás los mejores frutos.
Recibe de él su amor y graba en tu corazón sus palabras siendo humilde porque así vives mejor”.
Cuando el amor de verdad te guía, actúas siendo humilde y así eres bien consciente de tus cualidades y tus falencias.
Con sapiencia escribió Miguel de Cervantes: “La humildad vale oro y es el fundamento de todas las virtudes”.
La persona soberbia puede ser temida, pero no amada. La humildad es una llave maestra que abre todos los corazones.
@gonzalogallog