Al pintor francés Henry Matisse, 1869-1954, le diagnosticaron una grave enfermedad a los setenta años.
Cuando supo que tenía poco tiempo de vida, examinó su vida hacia atrás, lo pensó bien y reflexionó así: “Ya que me quedan pocos meses aprovecharé ese breve plazo viviendo intensamente cada minuto a fondo”.
Lo cierto es que él vivió quince años a plenitud, movido por un entusiasmo desbordante y mucha pasión.
Desplegó una energía formidable en sus creaciones, con la ilusión de llevar contento y satisfacción a muchos.
Hay una imagen conmovedora del maestro a los 85 años, en su lecho de enfermo, cuando ya no podía caminar ni moverse bien.
Allí vemos al genial maestro del Impresionismo, pintando con la ayuda de un largo bastón en cuya punta hay un pincel.
Espero que este maravilloso y sugestivo testimonio toque tu corazón y te mueva a vivir cada día como si fuera el último.
@gonzalogallog