Ojalá no estés en el amplio grupo de los que sostienen un matrimonio o relación sin amor.
Es un estigma interiorizado que solo da infelicidad y le hace mucho daño a todos.
Sigues ahí mal cuando es inútil cultivar algo nuevo donde el amor ya ha muerto.
Persistes queriendo evitar una decepción. O un pariente te dice: “Sigue o es el error más grande de tu vida”.
Ya no conectas, pero crees que por religión es pecado renegar de un compromiso, y tirar todo por la borda.
Otros te animan a ser tolerante y agradecido, pero ellos no saben cuánto sufres.
No decides por los hijos, por dinero, por costumbre, por no aceptar un fracaso, pues nada de eso es amor.
Acepta, porque ya lo has intentado, que no va a florecer un amor marchito. Da un paso liberador.
@gonzalogallog