Hace mucho vivió en el Japón un niño muy despierto cuyo sueño era ser campeón de judo. Desafortunadamente sufrió un terrible accidente y perdió su brazo izquierdo, pero aún así no renunció a sus sueños. La mamá lo llevó a un excelente profesor y éste aseguró al niño: Con ganas y entrega vas a alcanzar lo que quieras.
Lo entrenó mucho tiempo y un día le dijo: Vas a concentrarte en una sola técnica hasta que la domines como un artista. Los entrenamientos fatigosos y las rutinas lo cansaban, sin embargo, animado por su madre y su maestro, seguía adelante.
Al fin llegó el día en que fue a un torneo famoso y el niño, quien lo creyera, derrotó a todos los que se le enfrentaron. Ganó las eliminatorias y en la final, cuando lo veían derrotado, le ganó a un contrincante mayor y más fornido.
¿Por qué gané? preguntó a su maestro. Por tres razones dijo el profesor:
1. Amas el judo con pasión.
2. Eres maestro consumado en una técnica rara.
3. En esa maniobra sólo te ganan si te agarran del brazo izquierdo.
@gonzalogallog