Toda familia es un sistema en el que todos están interconectados y debe reinar la armonía.
Esa armonía se rompe en pedacitos, como un cristal que se golpea, cuando se violan estas leyes:
1. Equilibrio entre dar y recibir. Todos lo deben practicar y no hacer solo uno de esos actos.
Si solo vives para dar no te amas lo suficiente y, si solo quieres recibir, eres egoísta.
2. Pertenencia. Nadie puede ser excluido por motivos como dinero, credo u orientación sexual.
Toda exclusión genera consecuencias desastrosas hasta que eso se sane con amor.
3. Jerarquía. Primero están los mayores y, si no se respetan o se les da su lugar, hay caos y dolor.
Un hijo no debe asumir el rol de los padres, ni estos el de los hijos. Cada quien tiene su lugar.
@gonzalogallog