Centra tu vida en el ser y no correrás agitado y ansioso tras los espejismos del éxito.
Sólo el amor y el cultivo espiritual te regalan experiencias de gracia y días luminosos y apacibles.
Disfruta lo que posees sin apegos, y no te empeñes en acumular y en aparentar.
Comparte con generosidad y no imites a los que se estresan y en su trabajo cambian salud por cheques.
Pobre aquel que vive hipnotizado por lo aparente y termina como esclavo del poder y el poseer.
Un día, cuando la muerte toque a su puerta, será demasiado tarde para darle prioridad al amor.
Muy bien decía un sabio: “Ningún éxito económico justifica un fracaso familiar”.
Nadie en su lecho de muerte ha deseado haber dedicado más tiempo a los negocios.
@gonzalogallog